El atentado de la semana pasada en Mallorca ha debido afectar bastante al turismo en la isla. Por lo visto, hasta Juan Carlos de Borbón está preocupado por ese hecho, y anteayer se reunió con varios responsables de la Comunidad balear para interesarse por las consecuencias del atentado. Así lo recogía la prensa y de ello se hacía eco «La Razón», en un editorial titulado «Respaldo Real a Mallorca». El artículo recordaba que «una jornada después de que los Reyes llegasen a Palma, el presidente de la Agrupación de Cadenas Hoteleras, Aurelio Vázquez, declaró que en los establecimientos de Baleares se había triplicado el número de cancelaciones, mientras que habían disminuido hasta el 15% las reservas de última hora, una cifra que no fue severa pero que sí activó las alertas». Pues visto desde lejos parece bastante severa...

La estrategia de los borbones para contrarrestar los daños ha consistido en seguir «con la agenda que tenían prevista antes del terrible suceso, con lo que explícitamente han transmitido, tanto a la sociedad española como a la comunidad internacional, una imagen de normalidad que potencia el mensaje de que las Islas Baleares son un destino seguro». Si los fotógrafos que hacen de comitiva real ampliasen el ángulo se entendería fácilmente por qué se sienten tan seguros. ¡Ríete tú de la guardia de Gadafi! Siguiendo con esa idea, señalan que «tras el encuentro, Don Juan Carlos se reafirmó en las palabras que pronunció el 1 de agosto cuando llegó a la isla, en las que afirmó `sentirse segurísimo' en Mallorca». También dijo algo más, ¿recuerdan?

Por lo tanto, la serenidad real ha logrado «su efecto positivo en la Prensa internacional, ya que los medios de comunicación destacan que la noticia es que no hay noticia; es decir, que no se vive en las Baleares ninguna situación de excepcionalidad». En realidad lo que quieren decir es que España ha desaparecido de las páginas de esa prensa. Para el mundo el Estado español sólo es noticia por sucesos exóticos del tipo de «gato muerde a perro», «España es el país que más billetes de 500 euros tiene», el fútbol o el conflicto vasco. Pero mientras se dé imagen de normalidad... Pues eso, que parece que no pasa nada, aunque pase. Una vez leído el texto queda claro que el «real» del título proviene de rey, no de realidad.