Ni Silvio Berlusconi ni Umberto Bossi se andan con remilgos. Su Gobierno acaba de estrenar con gran orgullo la nueva ley sobre �seguridad ciudadana�. Sus efectos ya los han empezado a padecer inmigrantes de Pescara, San Remo, Bolonia o Mil�n. Su delito, no tener los papeles que la Administraci�n les exige. Imperdonable. Tan grave actitud les puede valer la inmediata expulsi�n, una multa de entre 5.000 y 10.000 euros o un tiempo m�ximo de seis meses en un centro de internamiento. Tampoco podr�n ni asomarse por las oficinas p�blicas, as� que una madre inmigrante y sin papeles que d� a luz en suelo italiano, por ejemplo, no podr� inscribir a su reci�n nacido. La cosa podr�a haber sido peor a�n, porque aquellos mismos que montaron en c�lera y amenazaron con demandas y cambios constitucionales para impedir que un padre cumpliera el deseo de su hija de morir dignamente quer�an obligar ahora a los m�dicos a denunciar a los inmigrantes sin papeles. Al final, aunque s�lo fuera para disimular, revocaron ese art�culo. A cambio, los osados que se atrevan a alquilar una vivienda a un inmigrante podr�n ser castigados con hasta tres a�os de c�rcel.

As� las cosas, alguien le record� al l�der de la Liga Norte el pasado emigrante de los italianos. Pero para Bossi aquellos emigrantes, que lo hac�an por necesidad, no son como los de ahora. Ya se sabe que �los italianos iban a trabajar y no a matar gente�. En cuanto a Berlusconi, muy preocupado por el bienestar de las familias aut�ctonas, ha pedido amnist�a para los inmigrantes que realizan labores como limpiar portales, casas, cuidar ancianos, ni�os... Y para completar el men�, ah� est�n las rondas o patrullas ciudadanas.

Para ser honestos, toda la culpa no es de Berlusconi ni de Bossi, porque cada barbaridad y esc�ndalo son premiados con m�s votos y de la en otros tiempos pujante izquierda italiana nadie tiene noticias. Y todo esto ocurre en un continente que declara y celebra que hace mucho tiempo se acab� la esclavitud. �Seguro?