Tras efectuársele la debida autopsia, el féretro del ex capitán del Espanyol Dani Jarque llegaba a las 4.25 de la madrugada de ayer a la terminal corporativa del aeropuerto de El Prat acompañado de la cúpula directiva del club catalán.

No hubo escenas dramáticas porque la familia de Jarque prefirió esperar en su domicilio particular, intentando descansar antes de que se abriera la capilla ardiente a las ocho de la mañana en el estadio de Cornellà. A partir de entonces, y hasta las 18.00, estaría abierta a los aficionados.

El santuario 21

Miles de personas desfilaban para ofrecer sus condolencias a la familia del capitán del Espanyol. La puerta 21 del estadio, convertida en un inmenso santuario, un mosaico de colores de numerosos clubes, quedó cerrada al público poco antes de las 13.00, cuando los aficionados comenzaron a hacer cola para visitar la capilla ardiente.

Allí flanqueban el féretro sus compañeros de equipo y directivos del club. Los jugadores del Espanyol acompañaban a Jarque junto a una enorme corona con el escudo del club y una foto del futbolista fallecido.