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Cruz Roja insta a concretar y adecuar a los tiempos las Convenciones de Ginebra

Cuando se cumplen 60 años de su firma, la Cruz Roja insta a concretar la interpretación de las Convenciones de Ginebra para que protejan mejor a las víctimas de las guerras y se ajusten más a la evolución registrada en el Derecho Internacional Humanitario y en los conflictos.

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El Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) celebra hoy el 60 aniversario de las Convenciones de Ginebra, y lo hace reafirmando su validez y proponiendo ciertas medidas para adecuarlas a los nuevos tiempos, con el objeto de «protejan mejor a las víctimas de los nuevos conflictos mundiales».

El tratado, que fue suscrito en el año 1949, vela por la protección de los civiles, de los presos, heridos y trabajadores humanitarios en los conflictos.

Coincidiendo con esta efeméride, ayer compareció el presidente de CICR, Jakob Kellenberger, para reivindicar que «las Convenciones han demostrado ser absolutamente relevantes en el pasado, lo son actualmente y lo seguirán siendo en el futuro porque -concluyó- han permitido salvar miles de personas».

Aún así, Kellenberger señaló que «el Derecho Internacional Internacional Humanitario no es estático, ni los conflictos de hace 30 años son los mismos de hoy en día». Así, explicó que, de interpretar dichos acuerdos de «forma muy amplia, no protegen a parte de la población, es por eso que debemos estudiar cómo hacerlas más concretas para que protejan cuanto más posible».

Puntos de debate

Uno de los puntos de debate, de acuerdo a la Cruz Roja, se centra en la llamada «participación directa en las hostilidades», término referido a aquellos civiles que pierden su protección al participar directamente en los enfrentamientos armados y mientras dure esa participación.

A juicio del CICR, este concepto es muy vago y, en muchos casos, está llevando a una interpretación errónea que perjudica a los civiles.

Además, se incide también en las salvaguardas procesales de las personas detenidas por razones de seguridad en relación con conflictos armados no internacionales.

Kellenberger apuntó que esas salvaguardas deberían desarrollarse más, para que fueran concretas y realmente velaran por que exista un motivo válido para mantener a dichas personas bajo custodia. Sin embargo, el presidente del CICR no explicó en qué sentido iría esa ampliación, o que forma tendría, o si la institución iniciará un proceso formal para concretarlo.

«Sólo digo que cada vez hay más víctimas, como es el caso de los desplazados internos», agregó.

Por su parte, el jefe de la división jurídica del CICR, Knut Doermann, trató de disipar las dudas suscitadas por la estrategia de Washington y Londres en el marco de su «guerra contra el terror», insistiendo en que «la base, la piedra angular, el corazón de estos convenios siguen siendo válidos». Doermann hizo, así, referencia a la campaña que la Administración Bush inició tras los atentados del 11 de setiembre de 2001, en la que algunas de las normas internacionales se cuestionaron.

La Cruz Roja, que desempeña el papel de supervisar los convenios ratificados por 194 países, se vio envuelta en un conflicto con la Casa Blanca, por asuntos referentes al tratamiento de los presos afganos, como las detenciones secretas y las torturas.

A pesar ello, Kellenberger sentenció que «no cabe duda de que las normas siguen siendo convenientes y el principal reto es mejorar su aplicación».

194 firmantes

A día de hoy, son 194 países los que han firmado y ratificado las Convenciones de Ginebra, convirtiéndose así en uno de los tratados que mayor apoyo ha recabado en todo el derecho internacional.

LABORES DEL CICR

El mandato y el trabajo del CICR deriva de las Convenciones, que le encomiendan la tarea de visitar a los presos, organizar operaciones de socorro y otras tareas humanitarias similares durante los conflictos armados.

CONFLICTOS

Las contiendas actuales son, cada vez más, guerras civiles o enfrentamientos en los que no pugnan de forma tradicional dos estados. Además, la mayoría de las víctimas de estas hostilidades son civiles.

Condenan a perpetuidad a un criminal nazi

La Audiencia de Munich condenó a cadena perpetua a Josef Scheungraber, criminal nazi de 90 años, como responsable de la matanza de 14 civiles italianos en la Toscana, en 1944, en una acción de castigo por la muerte de dos soldados. Hasta el momento de su procesamiento, el condenado llevaba una apacible vida en Baviera.

Los asistentes al juicio -entre los que había descendientes de las víctimas- recibieron con aplausos la decisión del Tribunal, que declaró a Scheungraber culpable de «asesinato múltiple» y lo condenó a cumplir la pena máxima contemplada por el derecho alemán, pese a que el procesado defendió su inocencia en todo momento.

Su abogado defensor, Klaus Goebl, que solicitaba la libre absolución, espetó que «esto es un escándalo» y anunció su intención de pedir la revisión del juicio. Como la pena de prisión no puede aplicarse hasta que la condena sea firme, el ex oficial nazi volvió a la calle.

Para otoño, está previsto que se abra el proceso contra John Demjanjuk, un antiguo guarda de campos de concentración nazis, imputado por su presunta complicidad en la muerte de 27.900 judíos. GARA

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