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Victoria en el Memorial Ormaetxea

Otra muesca más en la buena racha txuriurdin

Agirretxe y Griezmann, con una gran acción personal, firmaron los goles del equipo donostiarra.

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EIBAR 1

REAL SOCIEDAD 2

Amaia U. LASAGABASTER | EIBAR

Si los resultados de pretemporada tuvieran consecuencias, más allá de las anímicas, una vez que comenzado el campeonato, la Real se encontraría en puertas de una gran campaña. Los donostiarras añadieron ayer otra muesca a su buena racha veraniega, adjudicándose el Memorial Ormaetxea ante su anfitrión, un Eibar que se presentaba ante su afición.

Con el choque intercalado entre los amistosos frente a rivales de mayor entidad, Tenerife y Real Madrid, Martín Lasarte apostó por un once casi monopolizado por la gente joven. Todo lo contrario de los azulgranas, que saltaron al campo con el once que se prevé titular -con «permiso» de los recién llegados Garro y Cuevas- en la campaña en la que buscarán su regreso a Segunda A.

Aún así, la primera parte tuvo claro color realista. El equipo donostiarra tuvo el balón y puso el juego, frente a un rival que sufría en defensa y que apenas se acercaba a la meta defendida por Eñaut Zubikarai. Con Xabi Prieto y Antoine Griezmann incisivos en las bandas, las oportunidades se sucedieron en el área local. Y casi todas llevaron la firma de un Imanol Agirretxe de lo más insistente. El ariete probó de primeras con un par de cabezazos que pusieron a prueba a Zigor y rozó el gol con un disparo bombeado desde el centro del campo, que el guardameta armero envió a córner cuando ya se colaba junto al larguero. La perseverancia obutvo su recompensa y, a punto de cumplirse la media hora, Agirretxe aprovechaba el desajuste en la zaga local para convertir un córner en el 0-1.

Tampoco anduvo muy fina la defensa realista diez minutos después, lo que permitió que el Eibar restableciera el empate en una de sus contadísimas ocasiones. Fue Valín el que peinó el balón para que Germán, solo en el segundo palo, anotase el 1-1.

Cambia el panorama

El partido fue muy diferente en la segunda parte, en la que Ángel Viadero y su homólogo dieron minutos a todos los jugadores del banquillo y en la que juego y ocasiones se decantaron del lado azulgrana.

El gran protagonista, sin embargo, fue Griezmann, que sentenciaba el choque con una bonita jugada personal a los ocho minutos de la reanudación. A partir de ahí, el trabajo fue para el portero realista -los porteros, en realidad, porque Ramírez también tuvo su oportunidad-, con las continuas llegadas de un Eibar al que le faltó la puntería que había mostrado en el primer tiempo.

Hasta los palos se aliaron con la Real, repeliendo sendos remates de Mikel Arruabarrena y Manu García y evitando que el Eibar pudiese dedicar una victoria a su afición en el único amistoso que disputará en Ipurua.

 

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