Ruslan Amerjanov, ministro de Obras Públicas, fue ejecutado ayer por varios desconocidos que irrumpieron en su oficina, en Magas, capital administrativa de la inestable república norcaucásica de Ingushetia. El atentado tuvo lugar a las 10.35 (hora local), cuando «dos personas vestidas con ropa de camuflaje, sus rostros cubiertos y con un arma automática y una pistola entraron en su despacho y dispararon contra él, para darse a continuación a la fuga en dirección desconocida a bordo de un vehículo», explicó un representante del Ministerio ingush de Interior.

Entre las hipótesis se barajó la posibilidad de que Amerjanov hubiera sido víctima del mismo grupo insurgente que el pasado 22 de junio cometió un ataque suicida contra el presidente ingush, Yunus-Bek Yevkurov. Pero, según la agencia Interfax, los investigadores rusos consideraron probable que el atentado de ayer estuviera vinculado a la labor del ministro, que había tomado medidas para luchar contra los abusos en el sector de la construcción.

Una fuente cercana a la investigación, citada por Interfax, señaló que «en audiencias realizadas desde que Amerjanov fue nombrado ministro, muchas personas que trabajan en este sector han revelado abusos e importantes derroches de fondos».

El ataque se produjo mes y medio después del atentado suicida que dejó gravemente herido al presidente, quien precisamente el lunes abandonó el hospital con la promesa de luchar contra los rebeldes y la corrupción.

Los ataques contra las autoridades y fuerzas de seguridad en Ingushetia se han recrudecido en los últimos meses. El jefe de forenses murió tiroteado en julio y la vicepresidenta del Tribunal Supremo, en junio.