GARA > Idatzia > Iritzia > Txokotik

Imanol Intziarte Periodista

Al sonar de timbales y clarines

Vamos allá, a porta gayola. Uno, que ha visto de cerca el arpón de un garapullo y la puya que remata una garrocha, asume que la res lidiada en un coso ha de sufrir atroces dolores. Lo cual no resta un ápice para reconocer el valor que se requiere al plantarse muleta o capote en mano ante dos astifinos pitones.

Dejando al margen los aspectos político-ideológicos -de lo contrario acabaremos discutiendo sobre si comer o no gazpacho-, consideraciones más subjetivas tendrá cada cual respecto a la belleza plástica de lo que para unos es sublime arte y para otros tortura de seis bóvidos, seis. Contaré como anécdota que, rondando un servidor la media docena de años, fue invitado por su amona a escoger un obsequio por no haber llorado en el transcurso de una extracción sanguínea. El pequeño morlaco que adopté como nuevo amigo -de esos para poner sobre la tele junto a una bailaora flamenca- vivió grandes tardes de gloria mientras embestía una servilleta. ¡Qué le vamos a hacer, cada uno ha de convivir con sus propias contradicciones!

Tres cuartos de lo mismo -para gustos los colores- cabe apuntar sobre otros rituales que orbitan en torno al arte de Cúchares. Dos ejemplos son la religiosidad -tan transcendente para algunos y meras supercherías para otros-, o la música -aunque mucha gente lo ignore, el maltratado «Paquito Chocolatero», el mismo que se utiliza para hacer la trainera sentado en el suelo, es un pasodoble-. Mas existe un aspecto en el que no admito discusión, el vocabulario taurino. Castoreño, chicuelina, azabache, taleguilla, revolera... Bellas palabras en sí mismas, al margen de significados. Y los encargados de trasladar las crónicas al público las conocen y las emplean con precisión casi quirúrgica. Qué diferencia con algunas «estrellas» de la comunicación deportiva capaces de denominar como «ensayo» -en alusión al rugby- al disparo de un futbolista que se ha marchado muy por encima del travesaño.

Olé, olé y olé, fin de la faena. Ya pueden ustedes arrojar su almohadilla o sacar el inmaculado pañuelo.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo