Por una de esas sorpresas que nos depara el azar, el mismo día en que me disponía a desterrar el despertador por un mes, recibo la noticia de que mi madre, enferma de alzheimer y residente en centro foral de «a 1.800/mes», se ha caído en circunstancias poco claras y se ha roto la cadera. Hasta aquí todo normal. No conocíamos todavía el vía crucis que nos depararía el asunto, por tratarse del puente de San Ignacio y el posterior clima de sustituciones y empanada generalizada estival de Osakidetza en Galdakao. Y digo esto porque mi madre, que fue ingresada de urgencia, se pasó una semana con la cadera rota, esperando una operación.

Ahora que la han operado, necesitará otra semanita de ingreso como mínimo. Y hasta aquí todo normal también. No, no soy un quejica.

La indignación llega cuando comprobamos que la residencia no nos descontará la tarifa correspondiente a los quince días o más de ausencia forzosa debida al accidente de mi madre en el propio centro.

Sabíamos también que hasta el reciente mes de abril las residencias forales aplicaban los descuentos correspondientes a los usuarios que se ausentaban del centro incluso por vacaciones u otros asuntos más o menos voluntarios. Mis preguntas son las siguientes:

¿Es justo pasar del todo a la nada, sin reconocer ciertas excepciones?

¿Se ha estudiado la casuística, o hemos sido víctimas de una pereza reguladora de nuestros burukides forales?

Creo sencillamente que no se debe tratar de igual manera al usuario que se ausenta voluntariamente del centro que al que lo debe abandonar por un accidente interno. No es justo, y tenía que expresarlo de alguna manera.

Solamente siento no haber reaccionado hasta saberme víctima de éste despropósito, en lugar de verlo el propio mes de abril en que se perpetró el cambio. Entono, pues, mi mea culpa al respecto.

Sólo me cabe esperar que esta denuncia anime a más gente a mostrar su descontento y a unirse en plataformas que hagan oír su voz ante el goteo de recortes de prestaciones que, mucho me temo, no acabarán aquí.

P. D.: Mila esker a los langiles de Galdakao.