Raimundo Fitero
La calle
Algunos seres proyectamos una sombra que parece autónoma y fuera de toda relación con la posición del astro rey o de cualquier otro punto de luz. Es lo que dicen los clásicos oscurantistas, la mala sombra. Con ella caminamos sin darnos cuenta de que en ocasiones llega antes que nosotros. O mucho después. El caso es que presionado por el jolgorio, mi mala sombra, me ha llevado a un callejón donde están los espejos cóncavos y convexos donde poder mirar la realidad reflejada, y es cuando uno cuenta cien días y no le salen ni rosarios. Simplemente proclamas, posturas y actitudes fotogénicas. Gesticulaciones y tics. Rompo los espejos sombreados y detrás siguen existiendo los mismos problemas aunque los augurios sean más pesimistas.
Resulta que en las programaciones televisivas se están empleando cientos de horas a mostrarnos las calles, las terrazas, las playas, los ríos, las escaleras, los monumentos. La calle es de la televisión. Mi mala sombra me está mandando mensajes subliminales. Insiste. «Repasa la frase anterior». ¿Cuál de ellas? «¿De quién has escrito que es la calle?» De las cámaras de televisión, de los micrófonos con goma espuma coloreada. Eso me parece a mí desde mi esquinada posición ante mis televisores y codificadores inservibles para ver la TDT de pago.
Sigo encerrado en mi juguete mental y resulta que la calle fue de Fraga y ahora, ¿de quién es? Sí, ya sé, de las televisiones que condicionan, que hacen que los más monos y monas de cada cuadrilla hagan el mono o la mona ante la cámara, que los reporterillos más limitados encuentren un caldo de cultivo de sus naderías realmente incalificable, pero es que en términos políticos, la calle la están acotando, en un especie de gran cortijo político-policial. Y espero que Federico Trillo esté de acuerdo conmigo. No puede ser que un juez, por muy estrella que sea, sepa por poderes mágicos que una manifestación va a «exaltar el terrorismo». ¿Y si esos manifestantes piden que bajen los precios de los cucuruchos de helado? Yo paseo por mis calles con más cámaras siguiéndome que a los habitantes de las casas de GH. Volvamos al principio. ¿De quién es la calle?