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«Siempre fue ilegal en el norte de Irlanda, pero eso no impidió que existiera»

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Damian  Lawlor
Autor de «Na Fianna Éireann and the Irish Revolution»

Damian Lawlor (1997, Crohan, Irlanda) es profesor de secundaria y sus ratos libres los dedica al activismo político y al deporte. Su interés por la participación de la juventud en la política le llevó a realizar una labor de investigación que ha concluido con la publicación de «Na Fianna Éireann and the Irish Revolution. 1909 to 1923».

¿Por qué un libro sobre Na Fianna Éireann?

Simplemente porque no se había hecho antes e incluso este libro es sólo una visión histórica parcial, ya que concluye en 1923. Siendo consciente de que el aniversario estaba cerca comencé a leer sobre el tema y rápidamente pude constatar que eran muy pocos los libros que le dedicaban unas pocas páginas a Na Fianna. Visto esto, decidí investigar qué otras fuentes existían sobre el tema y así poder plasmarlo en un libro.

Na Fianna llegó a ser una organización de gran importancia en la época de la guerra de independencia (1919-1921). Pero luego tras la guerra civil prácticamente desapareció. ¿Dejaron de existir las razones por las que se había creado?

La razón principal fue simplemente que tras la guerra civil en 1923-24 había 11.000 republicanos en la cárcel, que fueron puestos en libertad en el plazo de uno o dos años en pequeños grupos. La mayoría de ellos, incluidos varios miembros de mi familia, cuando salieron de la cárcel se encontraron con una situación en la que les resultaba muy difícil encontrar trabajo. Algunos optaron por emigrar, otros se quedaron, pero sin poder trabajar. Como ejemplo sirve el caso de un tío-abuelo mío, que no trabajó durante diez años. La situación era tal que si optaban por quedarse y dependían de la familia, en muchos casos lo hacían bajo la condición de abandonar la política. También es cierto que tras 10 años de lucha muchos estaban cansados y deprimidos tras la derrota y, al mismo tiempo, asqueados de la situación política que había surgido.

Ahora bien, en los años 20 sí se dio un intento de reorganizar la organización, aunque nunca adquirió la fuerza que había tenido anteriormente. También hay que tener en cuenta que mientras la Policía británica nunca tuvo muy claro que hacer con ella, la nueva Policía irlandesa sabía que ésta era una organización capaz de atraer a un gran número de jóvenes. De hecho, cuando en 1927 Na Fianna reeditó el libro de la organización con sus normas de funcionamiento, todas las copias fueron confiscadas y destruidas por el Gobierno irlandés.

¿Pero es cierto que Na Fianna reaparece posteriormente?

La verdad es que nunca desapareció totalmente. La cultura de la organización transformó la forma en la que la juventud participó desde entonces en los movimientos políticos. Y con otros nombres, de una forma u otra, ha sobrevivido hasta hoy en día. La mayoría de los grupos republicanos tienen una organización juvenil y eso ha sido así en los años 40, 50, 60...

En los archivos fotográficos se puede ver a Na Fianna desfilando en las conmemoraciones republicanas de los años 70 y 80.

Siempre ha sido una organización ilegal en el norte de Irlanda, siempre, pero eso no ha impedido que existiera, a lo largo de los años 60, 70 e, incluso, de los 80. En el sur era legal y no se disolvió hasta 1991. Se llegó a un punto en el que la gente se dio cuenta de que esa forma de organizar a la juventud se había quedado desfasada y si bien trataron de adaptar la organización a los nuevos tiempos no dieron con la forma de hacerlo.

Una de las razones que llevaron a su disolución fue que tras 70 años empezaban a aprender las lecciones que la historia les había enseñado, volviendo a darse cuenta de que era necesario politizar a la juventud, algo que no lograron y que se convirtió en una de las razones de su desaparición. Si un joven quería tomar parte en la lucha armada ahí estaba el IRA y de lo contrario en el terreno político tenía la posibilidad de formar parte de Sinn Fein. Pero, incluso hoy en día, son numerosos los grupos de ideología repúblicana que tienen organizaciones juveniles que revindican el espírutu de Na Fianna y, en algunos casos usan su nombre y simbología.

¿Se podía considerar a Na Fianna como una organización independiente dentro del movimiento republicano?

Cuando se creó era una organización independiente, aunque muchos de sus miembros eran al mismo tiempo integrantes de la Irish Republican Brotherhood, algunos de los cuales durante la guerra de independencia pasarían a formar parte de los Voluntarios Irlandeses y, posteriormente, del IRA. Como organización conservó su independencia hasta 1921, cuando prácticamente desaparece para resurgir de nuevo entre 1924 y 1926. Cuando se reorganiza en esa época se trata de aprender de los errores previos, ya que si bien en la primera fase se puso mucho énfasis en aprender sobre la cultura y la historia y en trabajar la disciplina, al mismo tiempo se dejó de lado la educación política, y por este motivo cuando se dio la división en las filas republicanas durante la guerra civil fueron muchos los miembros de Na Fianna que simplemente abandonaron toda actividad política ya que no tenían las herramientas para analizar la situación. Tras la muerte de Countess Markiewicz, que fue una de las principales impulsoras de la creación de Na Finna, se abandonó prácticamente toda educación política e, incluso, se perdió mucho del interés que había anteriormente en temas culturales e históricos para pasar a convertirse en una organización de carácter puramente militarista que al mismo tiempo perdió su autonomía como organización.

¿Se pueden aprender lecciones de la experiencia de Na Fianna en esos primeros años?

Hoy en día vivimos en un mundo totalmente diferente. En aquella época los jóvenes salían del hogar familiar y empezaban a trabajar a los 12, 13 ó 14 años, pasaban a ser adultos a una edad muy temprana. Además, otra diferencia importante era que aquella sociedad estaba totalmente dominada por los hombres. Si bien en Na Fianna se produjeron luchas internas en relación a la participación de las mujeres, en la sociedad de la época las mujeres y los hombres estaban en diferentes organizaciones. Si hay una lección que se puede aprender de aquellos primeros años de Na Fianna es que las organizaciones juveniles de cualquier signo político tienen que estar organizadas en base a cuestiones de carácter cultural. En el caso de Na Finna se inició como un movimiento que invitaba a entrar en contacto con la naturaleza, donde las viejas canciones y leyendas eran parte integral de la vida del grupo. La idea es que el grupo sea parte de la cultura juvenil del momento. El error que se comete a menudo estos días es que se crean lo que se pueden denominar grupos juveniles pero que carecen de relación alguna con la cultura juvenil. Se debe empezar el trabajo con una actitud positiva al nivel en el que la gente joven se mueve. Por ejemplo, en Irlanda lo que más atrae a la juventud a la hora de hacer algo es el deporte, pero también son cientos los jóvenes que participan en eventos relacionados con la cultura irlandesa, ya sea bailes, lengua... pero no hay ninguna organización de ningún carácter político que tenga algún tipo de relación con estas cuestiones.

¿No cree que a los jóvenes del siglo XXI en Irlanda les interesan más la música y el fútbol ingleses que la cultura y la política irlandesas?

Si observamos lo que ocurre en cualquiera de las finales de deportes gaélicos o en los actos de música y bailes irlandeses que se organizan los fines de semana por todo Irlanda veremos que son miles de jóvenes los que toman parte. No vamos a volver a la situación del «idílico paraíso» de vivir en el campo, donde la única distracción eran la música y los deportes autóctonos, pero la gente joven hoy en día todavía está interesada en la cultura, los deportes y el idioma, aunque sea de forma diferente. Y ahora se están organizando alrededor de la cuestión del idioma y no se trata de un nuevo Na Fianna o de las juventudes de ningún partido político, sino de activistas que tienen interés en temas políticos ya que las juventudes de los partidos políticos son simplemente «pequeños políticos».