Prohibido manifestarse y e incluso criticar
La carga que la Ertzaintza protagonizó el domingo por la noche en fiestas de Gernika tuvo como consecuencia que cuatro personas fueran detenidas -que ayer mismo eran puestas en libertad- y que más de veinte resultaran heridas. Varias personas se enfrentaron a la Policía lanzando botellas y colocando barricadas, mientras que muchas de las personas que se encontraban en el recinto festivo recriminaron a los policías su proceder y la virulencia con la que actuaron.
El alcalde de la localidad vizcaina, José María Gorroño (EA), se sumó a esas críticas y consideró ayer que la carga fue desproporcionada. Esa afirmación le valió la reprimenda de la Consejería de Interior, que a través de una nota recriminó al alcalde que lo único que hicieron los ertzainas fue «aplicar la ley», a la vez que afirmaba que con sus palabras el primer edil «parece que está culpabilizando de los incidentes a la Ertzaintza». Según la nota de Interior la responsabilidad de los cuatro detenidos y los veinte heridos es de «quienes no cumplen la Ley, no acatan las disposiciones legales y realizan actos ilegales».
Puestos a hablar de responsabilidad, uno de los principios básicos de las actuaciones policiales es el de la proporcionalidad. Actuaciones como amedrentar a ancianos y niños, disolver batucadas, confiscar coches de fiestas o arrancar pancartas no parecen responder a este principio.