El mayor impacto de la tercera jornada de los Mundiales al aire libre de Berlín lo causó la derrota, el fracaso estrepitoso y sin paliativos de Yelena Isinbayeva, triple campeona mundial y dominadora desde París 2003.

No obstante, ayer la «Zarina» del atletismo no fue ni su sombra y, con tres nulos consecutivos -uno en 4,75 y dos sobre 4,80- se despedía sin una marca que la acreditara siquiera como finalista.

«No sé lo que me ha pasado», declaraba entre sollozo y sollozo. «Estaba física y mentalmente bien preparada, pero no he podido y no sé por qué», se lamentaba la saltadora. El oro fue para la polaca Rogowska, la única que logró superar el listón de los 4,75 metros. Huelga decir que la final no estuvo muy sobrada de calidad, en el que las dos últimas finalistas igualaron el registro de 4,40 metros que dejó fuera de competición a Naroa Agirre el pasado sábado.

Por lo demás, de las restantes finales femeninas destaca el doblete cubano en la final femenina de triple salto, con el oro para Yargelis Savigne, en una prueba en la que nadie logró superar los 15 metros. Aunque los entrenadores del país caribeño mostraban una perenne mueca de cabreo, es de suponer que la fiesta en petit comité amansaría a tales fieras.

Mientras, en la final femenina de 3.000 obstáculos la palentina Marta Domínguez conquistaba el oro «vengándose» de su fatal tropezón en Beijing 2008 obteniendo, además, la mejor marca mundial del año.

Bekele ganaría una prólogo

Entre los hombres, el etíope Kenenisa Bekele es el mejor fondista hasta la fecha. Es tal su combinación de resistencia y velocidad, que uno se pone hiperbólico para afirmar que semejante bárbaro sería capaz de imp0nerse en la prólogo del Tour. Bekele conquistó su cuarto título mundial consecutivo de 10.000 metros, pese a un ambicioso Zersenay Tadesse que ante cualquier otro se hubiera colgado el oro. Bekele dejó clavado al eritreo al entrar en la última vuelta y venció con la mejor marca de los campeonatos (26:45.11).

Tadesse reventó la carrera en su segunda mitad, quedándose sólo con Bekele que en ningún instante pestañeó siquiera hasta el hachazo final. El keniata Moses Masai se llevó el bronce.

La «pedrea» masculina dejó la sorprendente derrota del húngaro Parsz, que pasó de ser imbatible en toda la campaña a quedar cuarto en la final de lanzamiento de martillo, absolutamente peleado con un foso en el que realizó hasta tres nulos. De ello quien mayor fruto sacó fue el esloveno Kozmus, que fue el único en superar los 80 metros.