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Negar la realidad y castigar la solidaridad

La dinámica represiva centrada en impedir y criminalizar toda muestra de solidaridad con los presos políticos vascos ha encontrado en la Audiencia Nacional la disposición precisa para ser revestida con ropaje jurídico. Ayer los propietarios y camareras de los bares iruindarras Ezpala y Zurgai fueron finalmente imputados por un delito de «enaltecimiento del terrorismo» tras comparecer ante el juez Eloy Velasco, el cual, no obstante, desestimó la petición de cerrar sus establecimientos, mantenida por el fiscal para uno de ellos.

Si bien la decisión del juez no sorprende dada la tradicional actuación del tribunal especial en materia «antiterrorista», no deja de llamar la atención la facilidad con que pretende convertir en delito actitudes normales e incluso aplaudidas por gran parte de la ciudadanía vasca por lo que de gesto solidario tienen. Según el juez, la exhibición de esas fotos respondía a «recientes instrucciones de ETA-EKIN». Sin embargo, cualquiera que haya pisado las calles de Euskal Herria sabe que mostrar fotografías de los presos políticos en sus localidades es algo habitual desde hace varias décadas. Lo ha sido en los más de treinta últimos años, por lo que las supuestas instrucciones a las que el magistrado de la Audiencia Nacional asegura que responde dicha exhibición difícilmente pueden ser recientes, y más improbable aún resulta que respondan a instrucciones de EKIN, como demuestra un sencillo ejercicio de cálculo cronológico. Pero también anteriormente a la llamada transición era habitual ver en las calles fotografías de prisioneros políticos, si bien entonces, como corresponde a una dictadura fascista, estaba prohibida su exhibición.

La existencia de presos políticos, sometidos además a un régimen penitenciario especialmente severo, es una de las realidades sangrantes de este país que exigen un esfuerzo democrático de racionalidad y voluntad para ser superadas. Pretender hacer desaparecer esa realidad e incluso los sentimientos de los allegados de esos presos con la retirada de sus fotos es un esfuerzo en la dirección opuesta, la de la irracionalidad.

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