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Una versión completa de «Gernika» de Escudero, veinte años después

«Gernika», la segunda ópera de Francisco Escudero, sonará mañana en el Kursaal después de más de veinte años sin ver una versión completa. Los encargados de volver a sacarla a la luz serán la Sociedad Coral de Bilbo y la Orquesta Sinfónica de Euskadi, dirigidos por José Ramón Encinar. El marco, la Quincena Musical.

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Mikel CHAMIZO | DONOSTIA

Tras «Las Golondrinas» de Usandizaga, que se pudo escuchar el pasado sábado, la 70. edición de la Quincena Musical vuelve a ofrecer una ópera vasca en su programación. Será en el Kursaal, mañana a las 20.00 horas, cuando la ópera «Gernika» de Francisco Escudero vuelva a ver la luz tras más de veinte años transcurridos desde su única interpretación completa. Como explicó ayer Francisco María Escudero, hijo del compositor zarauztarra, «el aita murió con la espina clavada de no poder ver en vida representado el `Gernika'». La de mañana no será la versión escénica soñada por Escudero, pero sí una interpretación a la altura de la obra, que sufrió de un estreno bastante accidentado allá por 1987, debido a una serie de huelgas.

«Gernika» fue el fruto de un encargo que la Sociedad Coral de Bilbao le hizo a Escudero con motivo del cincuenta aniversario del trágico bombardeo de la villa de Gernika. José Antonio Echenique, director adjunto de la Quincena Musical, recordó que «Gernika fue fuente de inspiración para poetas, literatos, pintores y también músicos», citando entre ellos al italiano Luigi Nono, a Pablo Sorozabal o a Mikel Laboa. Echenique considera, no obstante, que «en el campo de la música, la de Escudero es la obra de más envergadura, ambiciosa y compleja que se ha hecho sobre este tema».

Una partitura compleja

La palabra «complejidad» fue la que más a menudo repitieron los miembros de la mesa. José Ramón Encimar, director de la velada de mañana y también del CD con «Gernika» que publicó hace unos meses la Orquesta Sinfónica de Euskadi, destacó que «el trabajo más arduo fue encararse por primera vez a una partitura tan compleja». Al carecer de referentes discográficos anteriores, la grabación de «Gernika» fue «complicada para todos los que intervinimos en aquél proyecto». Pero ahora, al retomarla, Encinar cree que «todos podemos empezar realmente a recrearnos en la partitura y a hacer música con mucho más conocimiento de causa».

El director explicó cómo la ópera es una síntesis de muchas aventuras musicales de Escudero, pues conserva un poso de música tradicional y referencias al folklore de Euskal Herria, pero también está completamente al día de las tendencias contemporáneas de la época, combinando escenas de intenso lirismo con otras de gran violencia, como el bombardeo del tercer acto. Pero Encinar quiso destacar el final del primer acto, «el gran canto a Euskal Herria en que se conjuntan coro, orquesta y solistas y que es realmente hermoso».

Iñaki Moreno, director de la Sociedad Coral, destacó por su parte que la ópera «está escrita con todos los recursos y con todas las posibilidades al alcance del maestro, lo que implica que el coro tiene que metamorfosearse en varias personalidades: muy lírico a veces, muy violento en los momentos de acción, y casi de personaje teatral en el cuadro del bombardeo».

Escudero compuso dos óperas en su larga trayectoria artística, las dos en euskara: «Zigor!», estrenada en el año 1967 y que obtuvo un sonoro éxito, y «Gernika», con la que quiso realizar un canto al pueblo vasco y elevar un mensaje de paz y concordia. Ambientada en territorio vasco en un tiempo remoto, tiene por principal protagonista a Gernika, una joven con poderes adivinatorios, que guía al pueblo vasco en unos tiempos de zozobra. La incursión de un grupo de soldados del Rey del Norte turba la vida pacífica e ideal pueblo vasco. En el tercer acto, la ópera refleja con detalle el bombardeo de Gernika. La acción se traslada a esta localidad y se sitúa el día 26 de abril de 1937, a las cuatro y media de la tarde. El libreto es del propio Escudero, aunque contó con la ayuda de Carmelo Iturria y Agustín Zubikarai en la redacción en euskara, en batua excepto en la escena del bombardeo, que está en vizcaíno.

No obstante, el idioma no parece ser una gran dificultad para los solistas, no euskaldunes. Consideraron que el euskara «no es un idioma fonéticamente conflictivo», así como que es «más difícil cantar Janacek en checo, por ejemplo». Aunque la de mañana será una versión sin escena de «Gernika», ésta irá acompañada de unas video-proyecciones creadas para la ocasión por Joan Antón Sánchez, con la intención de «facilitar el disfrute y la comprensión del espectáculo por parte del espectador y avanzar un primer paso hacia esa puesta en escena que reclama esta partitura», punto, este último, en el que coincidieron todos los artistas.

ITOIZ, EN DONOSTIA

Tras su estreno mundial en Bilbo el pasado sábado, los fans de Itoiz podrán volver a escuchar «Itoiz suite» esta tarde en el teatro Victoria Eugenia, también dentro de la Quincena. Los intérpretes serán los mismos: la Bilbao Orkestra Sinfonikoa, dirigida por Iker Sánchez Silva.

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