Victoria Mendoza Psicoterapeuta
Terminan las vacaciones. ¡A trabajar!
Necesario e importante que aquellos inteligentes, sean o no intelectuales, nos inviten a la cordura y la sensatez política, a organizarnos, analizar, debatir, trabajar arduamente en la creación de una plataforma social verdadera sin que interfiera el fanatismo político
Todos sabemos que desde hace muchos años hay una guerra sucia que lleva a la paranoia y al delirio a los políticos. No saben qué hacer ni qué inventar, y todo lo hacen de manera infantil, inmadura y mediocre y, peor aún, sin ética, honestidad o justicia alguna. Por eso me parece importante que los agentes sociales se organicen, que los sindicatos analicen y debatan públicamente sus posturas, que las instituciones y administraciones públicas apoyen cualquier tipo de consulta popular, y que desde abajo -calle, pueblo, sociedad- se decida qué podemos y debemos hacer para no darle más alas a la enfermedad mental y psicótica de quienes gobiernan por error político el País Vasco. Es una especie de terapia social. Partimos del problema, lo analizamos de forma intensa y puede que hasta cruel, no existen los buenos ni los malos, no existe la moral ni lo religioso y todo tienen una razón de ser, todo es acción y reacción, acto y respuesta, causa y consecuencia, todo tiene un origen y un proceso, un camino para desmarcar, y habrá que desaprender lo aprendido porque necesitamos limpiar impurezas, y como no es posible comenzar de cero, al menos debemos deshierbar la mala hierba o, como se dice en terapia, «asesinar el ego» -político-; o, como se dice en chamanismo, recapitular y trabajar para quitar «la importancia personal», algo así como quitar la energía pesada o, en su lenguaje occidental, las energías negativas. No es una tarea fácil, mas no imposible, porque afortunadamente hay en el mundo muchos optimistas que todavía creemos que las cosas pueden reconducirse, muchos que incluso se quieren implicar y participar activamente en el quehacer diario de resolver y no agravar los diferentes problemas sociales y políticos. Y, aunque increíble cierto, aún quedan seres honestos y justos, pero sobre todo inteligentes, que funcionan con lógica práctica y pueden resultar útiles en este mundo de paranoicos y psicóticos, neuróticos y esquizoides, rígidos reprimidos y represores, traumatizados y traumatizadores, todos estos términos acabados con la palabra «política», es decir, manías y paranoias políticas.
El conflicto vasco tiene un origen y muchas causas, tiene un proceso desigual con abuso de poder y como resultado de paranoias políticas. No hay víctimas blancas o negras, sino afectados políticos y sociales. Necesario e importante que aquellos inteligentes, sean o no intelectuales, nos inviten a la cordura y la sensatez política, a organizarnos, analizar, debatir, trabajar arduamente en la creación de una plataforma social verdadera sin que interfiera el fanatismo político, crear redes sociales, socializar e internacionalizar las injusticias desde nuestros colectivos y desde nuestros ordenadores, y concretamente a continuar divulgando las atrocidades e injusticias que se comenten contra el pueblo vasco. Algunos ya comenzamos, otros necesitan empuje o ayuda, otros duermen, otros están agotados, otros están implicados con pasión y entusiasmo, otros se venden al mejor postor, otros son leales y fieles a sus ideas, así que terminemos las vacaciones y comencemos a trabajar...