Las relaciones entre Irak y Siria vivieron ayer una nueva crisis tras la decisión de Bagdad de llamar a consultas a su embajador en Damasco para protestar porque su vecino alberga, a su juicio, a iraquíes que planifican atentados.

El portavoz del Gobierno iraquí, Ali Dabbagh, informó que el Consejo de Ministros reclamó a Siria la extradición de Mohammad Younes al-Ahmad y Sattam Farhan, a quienes acusa de planear, entre otros, los atentados en la Zona Verde de Bagdad del pasado miércoles, que provocaron un centenar de muertos. Al-Ahmad fue gobernador de Mosul durante el mandato de Saddam Hussein.

Siria, por su parte, respondió llamando también a consultas a su embajador en Bagdad y recordando que Damasco denunció los atentados y que defiende la estabilidad y la integridad de Irak.

Irak reclamó a Siria que le entregue a «todas las personas buscadas por la Justicia, ya que han cometido asesinatos y destrucción contra los iraquíes», al tiempo que reclamó que «expulse a las organizaciones terroristas que han hecho de Siria su base de operaciones para preparar sus acciones terroristas contra el pueblo iraquí», añadió Dabbagh.

Muchos de los responsables del Gobierno de Saddam Hussein, miembros del partido Baaz, se refugiaron en Siria tras la invasión estadounidense de 2003. En Damasco, gobierna otra rama del partido Baaz, que tradicionalmente estuvo enfrentada a la iraquí. Aviones estadounidense han llegado a bombardear la zona siria de Abu Kamal, fronteriza con Irak, con el argumento de que servía de base para la insurgencia.

Siria ha negado siempre las acusaciones de servir de refugio a la insurgencia iraquí. El 22 de abril pasado, durante una visita oficial a Bagdad, un periodista iraquí preguntó al primer ministro sirio, Mohammad Naji Otri, sobre la presencia Al-Ahmad en Siria. «No conozco ese nombre. Todas las actividades que conducen a la desestabilización de Irak son una línea roja para nosotros».

Esta nueva crisis diplomática se produce apenas una semana después de que el primer ministro iraquí, Nuri al-Maliki, viajase a Damasco con el objetivo de estrechar los lazos diplomáticos entre Irak y Siria e incrementar la colaboración en política «antiterrorista».