GARA

La movilización en denuncia de la muerte de Fernando Morroni y Roberto Facal y decenas de heridos de bala ocurridos el 24 de agosto de 1994 por defender el derecho de asilo de tres refugiados políticos vascos que iban a ser extraditados, arrancó con una concentración en el Obelisco para culminar en el lugar de la masacre: el Hospital Filtro.

Como todos los años, una brigada de Askapena participó en la movilización anual que convoca la Coordinadora 24 de agosto, que aglutina a numerosas asociaciones sociales y de defensa de los derechos humanos, y tomó la palabra en el acto final. Este quince aniversario, además, se llevó a cabo en plena campaña electoral, con la circunstancia de que Lacalle, candidato del Partido Nacional, era entonces el presidente. Es por ello que durante la marcha, así como en el acto final, se denunció la impunidad del candidato derechista; pero también hubo críticas contra el actual gobernante, Frente Amplio, «por el ascenso que diera a los jerarcas policiales que habrían participado del accionar represivo en aquella jornada» de 1994.

Norma Morroni, emocionada

Al frente de la marcha se encontraba Norma Morroni, madre del fallecido Fernando Morroni, que hasta hace escasos días ha visitado Euskal Herria, donde el sábado, por ejemplo, participó en Bilbo en un acto en denuncia de los sucesos del Filtro.

Cuando tomó la palabra en el acto final, Morroni manifestó sentirse muy impresionada por lo que había vivido en Euskal Herria, tanto por el cariño recibido como por la capacidad de lucha, haciendo especial mención a los presos políticos vascos y a sus familiares.

La práctica totalidad de los colectivos convocantes se refirieron a la actualidad política de Euskal Herria, defendiendo su derecho de autodeterminación. Un representante de la Coordinadora 24 de agosto señaló que lo sucedido en el Filtro fue «la expresión de que la solidaridad es la ternura entre los pueblos. Así lo entendimos hace 15 años y así lo entendemos hoy». Acto seguido, realizó un somero repaso a las distintas políticas represivas que aplica Madrid, como las ilegalizaciones, torturas y la dispersión de los presos políticos, calificando la actual situación de Euskal Herria como de «estado de excepción».

Uno de los gestos más emotivos de la jornada llegó de la iniciativa de varios colectivos uruguayos que, ante la persecución que se vive en Euskal Herria hacia las fotos de los presos y presas políticas, elaboraron varias decenas de retratos y los llevaron en la cabecera de la manifestación a lo largo de todo el recorrido, colocándolos al final también en el escenario.

En la marcha del Filtro también se exhibieron carteles relativos a la desaparición del militante donostiarra Jon Anza y se tuvo un recuerdo muy especial hacia el fallecido edil independentista de Villabona Remi Ayestaran, cuyo hermano tomaba parte en la brigada de Askapena y, junto a otra compañera, tuvieron que regresar a Euskal Herria cuando conocieron los fatales hechos. La foto de Remi también estuvo presente en el escenario, lo mismo que las razones de su muerte que se denunciaron en el acto político.

«Nunca lo olvidaremos»

Por último, un representate de la brigada de Askapena que ha permanecido en Uruguay tomó la palabra en el acto para, como todos los años, mostrar la solidaridad y cariño vasco hacia ellos y «acompañar al pueblo uruguayo en su demanda de justicia y de castigo a los culpables de esta masacre».

«Nunca olvidaremos la gran muestra de solidaridad internacionalista que nos brindásteis, ni vuestro trabajo a favor del derecho al asilo de los refugiados políticos. Nunca olvidaremos a los miles de hombres y mujeres que hicieron suya la lucha de Euskal Herria y sufrieron en sus carnes tan tremenda represión», afirmó el miembro de Askapena ante cientos de uruguayos que aún seguían portando los retratos de los presos vascos.