«Ella es nuestra heroína. Es nuestra niña de África, no hay ninguna duda», afirmaba Michael Masdmola, llegado desde la provincia rural de Limpopo (norte del país), de la que Semenya es originaria. El entusiasmo de la acogida emocionó a la atleta, que enseguida se relajó para mostrar una amplia sonrisa en medio del resto de la delegación sudafricana, cuyo retorno fue retransmitido en directo por televisión.

«Gracias por hacer ondear tan alto los colores de nuestra bandera, gracias por haber situado nuevamente a Sudáfica en el mapa del mundo», declaró allí mismo Noluthando Mayende-Sibiya, ministra de Mujer, Infancia y Personas con Deficiencias.

La decisión de la Federación Internacional de Atletismo (IAAF) de organizar un comité de expertos para investigar acerca del sexo de la joven de 18 años ha escandalizado a su país, que se ha volcado con ella. El respaldo es aún más intenso tras la pobre cosecha atlética en los Juegos de Beijing, donde sólo se obtuvo una medalla de plata.

Semenya logró el pasado miércoles el oro en los 800 metros con más de dos segundos de margen sobre su inmediata perseguidora. Leonard Chuene, presidente de la Asociación Sudafricana de Atletismo, subrayaba que nadie hasta la fecha había puesto en duda la feminidad de Semenya, participando en el Campeonato de África y en el Mundial junior de Polonia.

«Corrió y batió a todas. Nunca ha habido ninguna protesta», explicaba en el aeropuerto. Mezclado entre el público, Amo Moroka, médico de profesión, indicaba que «ha sido atacada la integridad de Sudáfrica como país».

Enfado del presidente Zuma

El equipo sudafricano en Berlín, que también cosechó el oro en 800 metros masculinos con Mbulaeni Mulaudzi y la plata en longitud con Khotso Mokoena, fue recibido posteriormente en Pretoria por el presidente Jacob Zuma, quien tampoco escondió su enfado.

«Tenemos que expresar nuestro descontento frente a la forma en que Semenya ha sido tratada», declaró Zuma en nombre de su Gobierno. «Una cosa es procurar que ningún atleta disponga de una ventaja injusta sobre el resto, y otra es humillar públicamente a una honesta profesional y atleta competente», añadió.

Caster Semenya se ha convertido además en un icono por el hecho de que proviene de una pobre aldea rural. Por ello, Zuma la puso como ejemplo para muchos de sus compatriotas. «Ella ha mostrado al mundo que, cuando deseas ganar, nada ni nadie pueden detenerte. Ha encarnado el éxito, el poder y la potencia en femenino», sentenció el dirigente de la nación.

«Tomé la cabeza y las maté»

Y por fin habló la protagonista. En sus primeras declaraciones tras ganar el oro -no tomó parte en la habitual rueda de prensa una vez finalizada la carrera para protegerla de la polémica-, la ganadora de los 800 metros explicó que «llamé a mi entrenador y él me dijo `puedes hacerlo, toma la cabeza desde el principio hasta el final'. Tomé la cabeza en los últimos 400 metros y las maté. El resto no pudo seguir la carrera. ¡Fue genial!».

La historia todavía no ha terminado. Una comisión formada por ginecólogos, endocrinólogos, sicólogos y expertos en medicina interna será la encargada de realizar las pruebas de feminidad, cuyos resultados tardarán varias semanas en darse a conocer. Entonces se verá si conserva o no su medalla.