Haendel, Haydn y Mendelssohn son los tres nombres de compositores que están vertebrando las programaciones musicales de todo el mundo en el presente año. Se celebran los 250 años de la muerte de Haendel, el 200 aniversario de la desaparición de Haydn y los 200 años del nacimiento de Mendelssohn.

La Quincena Musical de Donostia ha querido rendirles homenaje con una de las partes más significativas de su producción, los oratorios, de forma que durante el festival hemos podido escuchar ya «La Creación» de Haydn e «Israel en Egipto» de Haendel. Hoy le llega el turno a Mendelssohn y su «Elías», basado en algunos pasajes de la vida del profeta Elías, según las referencias que sobre él ofrece el Antiguo Testamento. «Elías», o «Elijah» en el original, asume el modelo de oratorio de Haendel y Bach desde el punto de vista musical, y ha sido declarado el más importante oratorio compuesto en el siglo XIX -al menos en lo referente a la crítica británica, donde el «Elías» se ha convertido enormemente popular-.

La obra transmite la profunda religiosidad de Mendelssohn, hasta el punto de que algunos especialistas en este ámbito han puesto de relieve la identificación del propio autor con el profeta Elías, sobre todo en el monólogo «Es ist genug». En diferentes ocasiones también se ha hablado de una posible crisis religiosa de Mendelssohn, evidenciada en una vuelta a sus raíces hebreas -el padre del clan convirtió toda la familia al protestantismo cuando el compositor contaba con siete años de edad-. «Elías» es, ante todas las cosas, un canto al pueblo judío, en el que el cristianismo tiene muy poco que ver.

La cita de esta tarde cuenta, a priori, con todos los mimbres para convertirse en uno de los puntos álgidos de la presente edición de la Quincena Musical donostiarra. La Orquesta de los Campos Elíseos acompañará a dos coros de enorme categoría, el Collegium Vocale Gent y el Coro dell'Accademia Chigiana, a los que se unirán además cuatro solistas especializados en la interpretación de oratorios: la soprano Simona Saturova, el tenor Maximiliam Schmitt, la fantástica mezzosoprano Christianne Stotijn y el bajo Florian Boesch.

Pero el nombre que asegura la alta calidad de la velada que acogerá la capital guipuzcoana es el de Philippe Herreweghe. Tras su paso por el conservatorio de Gante, el artista fundó un coro amateur de doce voces «a mayor gloria de Bach», y con él fue perfeccionando su estilo musical hasta que le eligieron para colaborar en el proyecto de la primera grabación completa de las Cantatas de Bach. Hasta ese momento, el intérprete compaginaba su afición por la música con el trabajo de psiquiatra en un hospital. Hoy en día es uno de los más prestigiosos especialistas en la dirección de oratorios.