CRíTICA cine
«American playboy»Mikel INSAUSTI
Mikel INSAUSTI
Los que en su día criticaron “American Gigoló” deberían ver ahora “American Playboy”, para comprobar la diferencia que hay entre Paul Schrader y cualquiera de los recién llegados a Hollywood, en general más interesados en adquirir una mansión con piscina que en aportar savia nueva a la industria del cine. Me sorprende ver en ese pelotón de los torpes al escocés David Mackenzie, que prometía mucho en sus inicios con “Young Adam”, pero que parece haber perdido las señas identidad durante el viaje transoceánico. En cambio, el doble candidato al Oscar de Mejor Guión Peter Morgan se aleja esta vez de la escritura de tan dudoso folletín, para refugiarse en tareas de producción. Debía de tener muy claro que éste es un producto hecho única y exclusivamente en función del lucimiento físico de Ashton Kutcher, y el que la sala donde vi la película estuviera abarrotada de adolescentes, que gritaban histéricas cada vez que el chico mostraba alguna parte de su anatomía, así lo confirma.
Ellas deberían saber que en la vida real Ashton Kutcher no sale con jovencitas, pues le va muy bien en el negocio desde que está casado con la veterana actriz Demi Moore. Y el superficial argumento de “American Playboy” no hace sino explotar al máximo esa imagen de chico bien dotado capaz de seducir a mujeres maduras con dinero. Porque actuar no actúa, lo cual sería ya demasiado pedir, siendo muy consciente del papel de hombre-objeto que ha de jugar en la función. Pero que nadie se piense que la película reivindica el turno de los hombres para ser explotados por su físico en la pantalla, como tradicionalmente lo han sido las mujeres. A su personaje le sale una competidora femenina, por aquello de que ellas dominan mejor el oficio más antiguo del mundo porque empezaron primero. El cruel e interminable plano fijo de los créditos finales en el que vemos a una rana tragándose, a tiempo real, a un ratón, resume mucho mejor con animales el asunto que, durante la tediosa hora previa, con humanos.