La Unión Europea (UE) decidió ayer «no dejar aislada» a Honduras en las negociaciones comerciales con América Central, ya que a su juicio «no tiene sentido». La medida, que fue propuesta por el Estado español, pretendía dejar a Honduras al margen de las negociaciones comerciales como medida contra el Gobierno militar de Roberto Micheletti que protagonizó el golpe de Estado.

Sin embargo, dicha medida no contó con el respaldo de otros países de la UE ni de la Comisión Europea, encargada del expediente.

Si la semana que viene el Comité Político y de Seguridad (COPS) de la UE decide imponer sanciones al Ejecutivo golpista, se incluirán en las conclusiones del próximo Consejo de Asuntos Exteriores que se celebrará los días 14 y 15.

El rechazo a estas medidas supone otro balón de oxígeno que la comunidad internacional brinda a un Gobierno que alcanzó el poder mediante la fuerza, y que ha hecho del tiempo su mejor aliado para afianzarse y tratar de legitimar su actuación.

«Preocupada»

Después de acordar mantener a Honduras en las negociaciones comerciales, la UE dijo sentirse «preocupada» por la situación en el país centroamericano tras el golpe de Estado y apuntó que «no se olvida» de lo sucedido y que realizará un «seguimiento» de lo que está ocurriendo.

Fuentes diplomáticas añadieron que «examinarán posibles sanciones» si la situación no se revierte, aunque no precisaron el tipo de represalia que se tomaría.

Washington

Entre tanto, Zelaya prosiguió en Washington con sus reuniones para tratar de aumentar la presión de la comunidad internacional contra el Gobierno golpista.

El presidente legítimo se reunió en la tarde de ayer con el secretario general de la OEA, José Miguel Insulza, y con el Consejo de dicha organización. A la noche (madrugada en Euskal Herria) estaba prevista una valoración pública sobre las reuniones que Zelaya ha mantenido con diferentes agentes.

Por otro lado, la jornada electoral de ayer estuvo marcada por el boicot y los ataques.

Un transmisor de Radio América fue incendiado y la planta de la fábrica Camosa fue atacada con explosivos.

Además, los seguidores de Manuel Zelaya siguieron boicoteando los actos de los candidatos golpistas que concurrirán a las elecciones de noviembre.