CRíTICA Quincena Musical
El oratorio autoritario de Herreweghe
Mikel CHAMIZO
El tercero de los grandes oratorios de este verano en Quincena Musical se saldó también con buenos resultados artísticos. Compuesto en la tradición de los oratorios de Bach y Haendel, Mendelssohn dio al coro en “Elías” el protagonismo principal, exigiéndole múltiples facetas expresivas, de la tristeza al júbilo y de la dulzura al terror. La unión de fuerzas del Collegium Vocale Gent y el Coro dell'Accademia Chigiana fue superlativa en los momentos dulces, transmitidos con una belleza sobrecogedora, pero muchos tuvimos la impresión de que a la masa coral –de unos cuarenta miembros solamente– le faltaba algo de cuerpo en los tutti, numerosos, en los que quedaba algo aplastada por el volumen de la orquesta, en especial por los metales. Queda la duda de si esto se debe, en parte, a la acústica. Lo cierto es que a la Orquesta de los Campos Elíseos, de instrumentos originales, no la recuerdo con un sonido tan compacto e intenso en ocasiones anteriores en que he podido escucharla en otras salas. Ambas formaciones funcionaron bien, en cualquier caso, con un cierto regusto añejo muy apropiado al carácter de la obra. En cuanto a la dirección, si se pudiera resumir con una sola palabra, esta sería «autoritaria». Suele pasar con Herreweghe cuando dirige oratorios: da la sensación de que es precisamente así, y de ninguna otra manera, como debe sonar esta música. Herreweghe es un maestro, sin duda, y todos fueron pros en su manera de abordar el “Elías”, que nos sonó tan familiar. Sólo que, a veces, parece que le cuesta aportar algo extra a la interpretación, como lo hizo Gardiner el sábado.
El bajo Florian Boesch tiene el gran papel solista en “Elías”. Caracterizó al profeta y sus arranques de devoción y de furia con convicción y una voz muy bien timbrada y proyectada. La mezzo Stotijn, gran intérprete de lieder, se quedó algo corta en cuanto a volumen aunque se pudo disfrutar igualmente de su personalísimo instrumento vocal. Tenor y soprano estuvieron algo más discretos pero cumplieron sobradamente con sus roles.