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Los talibán matan al número dos de los servicios secretos afganos

El número dos de los servicios secretos afganos, Abdullah Laghmani, falleció ayer como consecuencia de un atentado reivindicado por los talibán y en el que murieron al menos otras 23 personas. El ataque se produjo en la ciudad de Mihtarlam y deja en evidencia que los planes occidentales, con EEUU a la cabeza, para Afganistán siguen teniendo que hacer frente a la fuerza de los insurgentes.
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Los talibán mataron ayer al número dos de los servicios secretos en un atentado suicida que provocó al menos 24 muertos en Afganistán, que se produjo mientras se está llevando a cabo el recuento de las elecciones presidenciales del 20 de agosto.

De madrugada, un kamikaze hizo estallar el cinturón de explosivos que portaba delante de una mezquita de Mihtarlam, la capital de Laghman, una provincia del este, donde se iba a celebrar «una reunión destinada a la lucha contra el tráfico de droga y la inseguridad», explicó el portavoz de las autoridades provinciales, Sayed Ahmad Safai.

El atentado fue reivindicado mediante una llamada a France Presse por un portavoz de los talibán, que aseguró que el objetivo era Abdullah Laghmani, el jefe adjunto de la Dirección Nacional de Seguridad (NDS), los servicios de información afganos.

En un comunicado difundido para condenar el atentado, el presidente afgano, Hamid Karzai, reconoció la existencia de 24 muertos.

Entre ellos, figuran al menos 19 civiles y cuatro representantes de las autoridades nacionales o provinciales, según el gobernador de Laghman, Lutfullah Mashal. Se trata del número dos de los servicios secretos; Amadudin Abdulrahimzai, jefe del Consejo Provincial; el director general del Gobierno provincial y un representante local de Asuntos Religiosos.

Asimismo, 52 personas resultaron heridas, según el director provincial de Salud, Abdul Qayum.

Éste es el segundo atentado con más víctimas mortales desde las elecciones presidenciales del 20 de agosto.

El 25 de agosto, 43 personas murieron en la explosión de un camión bomba en Kandahar, la principal ciudad del sur. El ataque devastó una docena de edificios.

En Laghman, la explosión, registrada ante una mezquita en pleno Ramadán, destruyó completamente el vehículo de Laghmani.

Un portavoz habitual de los talibán, Zabibullah Mujahid, reivindicó el atentado mediante una llamada telefónica a la agencia francesa AFP.

«Somos los responsables de este ataque. El objetivo era el jefe adjunto de los servicios secretos afganos», declaró.

Situada al este de Kabul, a apenas un centenar de kilómetros de la frontera paquistaní, la provincia de Laghman generalmente no es objetivo de atentados talibán.

El representante especial adjunto de la ONU para Afganistán, Peter Galbraith, condenó el atentado, declarándose «escandalizado» por un ataque de tal magnitud delante de una mezquita en pleno Ramadán.

Los talibán, expulsados del poder a finales de 2001 por una coalición militar liderada por EEUU, han intensificado considerablemente su insurrección, obligando a Washington a aumentar el número de tropas destinadas en el país asiático.

En total, las fuerzas internacionales disponen de unos 100.000 soldados en el país, lo que no ha impedido que los atentados continúen tras las elecciones del 20 de agosto, que los talibán boicotearon.

Los resultados de estas elecciones siguen publicándose con cuentagotas, en medio de denuncias de fraude. Los datos definitivos no se darán a conocer hasta el 17 de octubre.

Lo que sí es seguro es que el vencedor tendrá una legitimidad limitada, debido a la escasa participación, que todos los observadores predicen a la espera del dato oficial, así como por la numerosas quejas de fraude que se dirigen especialmente al presidente saliente, Hamid Karzai, nombrado por los occidentales a finales de 2001.

Baja la producción de opio, pero el stock sigue siendo enorme

La producción de opio en Afganistán se ha reducido por segundo año consecutivo, pero la existencia de stocks masivos representa «una bomba con temporizador» para la Humanidad, alertó ayer la Oficina de la ONU contra la Droga y el Crimen (Onudc).

Afganistán produce el 90% del opio mundial, que se dedica fundamentalmente a la producción de heroína.

En 2009, la producción se redujo un 10%, hasta las 6.900 toneladas, después de que en 2007 se registrase un pico de 8.200 toneladas y en 2008 se produjesen 7.700 toneladas, según la Onudc, que considera que la demanda mundial está establecida en 5.000 toneladas al año.

La superficie cultivada se ha reducido un 22%, hasta las 123.000 hectáreas, frente a las 193.000 hectáreas de 2007 y las 157.000 de 2008.

«Afganistán ha entrado en una nueva era», se felicitó el ministro afgano de Lucha contra la Droga, el general Joidadad, durante una conferencia de prensa en Kabul. Destacó que «800.000 personas han dejado de producir opio».

Junto a ello, 20 de las 34 provincias de Afganistán «ya no cultivan opio» y siete «tienen una producción marginal», destacó el director ejecutivo de la Onudc, Antonio Maria Costa.

Sin embargo, Costa alertó de que los stocks de opio afgano «probablemente sean de más de 100.000 toneladas, lo que supone el consumo mundial de heroína de dos años o las necesidades de morfina en el ámbito médico durante tres años. Marc BASTIAN

«reconciliación»

El Estado francés aboga por la «reconciliación» con los combatientes pashtunes que lo deseen en el marco de una reunión sobre el futuro de Afganistán celebrada en París, según el enviado galo a Afpak, Thierry Mariani.

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