Los despedidos de Ingemar apelan a la unidad y la movilización de todos los trabajadores
GARA |
Los trabajadores despedidos de la empresa Ingemar de Usurbil remitieron ayer un comunicado en el que valoran que todos los trabajadores de la fábrica, tanto los despedidos como los que permanecen en plantilla, deben guiarse por los criterios de «unidad» y «movilización» para lograr la redamisión de los empleados despedidos y, asimismo, para «dejar claro a la dirección de la empresa que somos un colectivo fuerte y unido».
«No vale eso de que unos están despedidos y otros no, porque entre otras cosas, no sabemos quienes pueden ser los próximos despedidos» señalan, agregando que «es necesario que adoptemos medidas agresivas de movilización«, como una huelga general indefinida, además de otras medidas como dar información a la ciudadanía y celebrar manifestaciones.
El colectivo de trabajadores despedidos denuncia que, tal como publicó GARA el 9 de agosto, los despidos se han realizado a lo largo de los últimos días de julio y los primeros de agosto, y explica que los mismos siempre han recaído sobre trabajadores que tienen contrato fijo y cuando la mayor parte de ellos estaban a punto de coger las vacaciones o disfrutando de ellas. «La intención de esta actitud es bien clara: minar la moral de los trabajadores afectados y procurar que a lo largo del mes de vacaciones vayan «asumiendo» su nueva situación», afirma.
Ha tenido beneficios
Los trabajadores recuerdan, además, que Ingemar es una empresa que en los últimos ejercicios ha presentado cuentas de resultados «con altos niveles de beneficios», y que hoy día mantiene subcontratas «realizando funciones que podríamos realizar los trabajadores despedidos».
En este sentido, explican que «un grupo nuevo de gestores» les han reconocido que «las cosas se han hecho mal», pero que ya no cabe la readmisión de los despedidos. También advierten de que existe la posibilidad de que haya nuevos despidos a partir de ahora.
En la nota de prensa, los trabajadores denuncian que la dirección «en ningún momento ha hablado con los sindicatos, ni ha mostrado la posibilidad de negociar medidas menos traumáticas» para los trabajadores.