Argentina se la juega ante su eterno rival en la ciudad más vasca del país
Dos estilos antagónicos se darán cita esta noche en las eliminatorias sudamericanas del Mundial. La Argentina de Maradona, presionada por los malos resultados, recibe al líder Brasil. Rosario, la ciudad con mayor número de descendientes vascos en el país, será el escenario.
Beñat ZARRABEITIA
Las derrotas cosechadas por la albiceleste en sus visitas a Chile, Ecuador y Bolivia han dejado en el aire la clasificación del equipo entrenado por Diego Armando Maradona para el Mundial de Sudáfrica 2010. El batacazo en altura frente a los bolivianos, saldado con un escandaloso seis a uno, encendió todas las alarmas.
Sin embargo, el peso del actual técnico en la sociedad argentina y la visita de Brasil han conseguido que la hinchada cierre filas en torno a su equipo nacional. La cancha de Rosario -lugar con importante presencia vasca, aunque el único jugador convocado por Maradona que cuenta con raíces en Euskal Herria es el defensa Nicolás Otamendi- promete ser una olla a presión para arropar a Argentina frente a su eterno rival. Más aún cuando los cariocas han salido victoriosos en los últimos compromisos entre ambas selecciones.
D10s ha convocado a veinticinco futbolistas para el encuentro. Siguiendo con su tónica habitual, ha citado a siete que militan en el campeonato argentino. Las grandes novedades son la presencia de los zagueros Sebastián Domínguez y Nico Pareja. En cambio, jugadores de la talla de Lucho González, Zabaleta, Demichelis o Higuaín se han quedado fuera.
La albiceleste se encomendará al talento de Lio Messi para superar a la canarinha. Junto al extremo culé, Kun Agüero, Tévez, Mascherano, Maxi Rodríguez, Zanetti o Heinze también parecen tener un sitio fijo en el once inicial. Más dudas recaen sobre la portería, donde está por ver si Maradona alinea a Carrizo o Andújar. Dichas incógnitas son un reflejo de la transición deportiva que está viviendo Argentina. La generación que conquistó el oro en en los Juegos de Beijing, comandada por Messi y Agüero, debe tomar el relevo a la vieja guardia. El míster sigue contando con Zanetti, Heinze o Verón, pero otros como Riquelme o Ayala ya no volverán más a la selección.
Corta ventaja
El choque, precedido por la polémica debido a las manifestaciones de Pelé en contra de El Pelusa, será clave para el futuro de la albiceleste. Actualmente es cuarta en su grupo, cuando apenas restan cuatro partidos para el final de las eliminatorias. Los argentinos suman 22 puntos, frente a los 20 de Ecuador, los 18 de Uruguay y los 17 con los que cuentan Colombia y Venezuela. Cabe recordar que tan sólo cuatro equipos logran el billete directo al Mundial, mientras que el quinto deberá disputar una repesca ante el cuarto clasificado de la zona de la Concacaf.
Brasil, por su parte, tiene ya un pie en Sudáfrica. Sin jogo bonito alguno y de la mano de Dunga, la verde-amárela ha conseguido ganar la Copa América y la Copa Confederaciones. En la lista del que fuera jugador de la Fiore o el Stuttgart destaca la inclusión del deportivista Filipe Luis. Un lateral zurdo que ha estado en la órbita del Barcelona y que completó una extraordinaria campaña a las órdenes de Lotina en Riazor. La otra novedad es la presencia de Sandro, centrocampista del Internacional de Porto Alegre. En la otra cara de la moneda destacan las ausencias de Ronaldinho, Diego, Pato o Rafinha.
Una de las principales características del Brasil de Dunga es el músculo que acumula el equipo en la medular. Así, el técnico apuesta por futbolistas físicamente poderosos como Gilberto Silva, Julio Baptista, Felipe Melo, Ramires y, en menor medida, Lucas Leiva. Cemento armado para detener las embestidas albicelestes.
Morbo, orgullo e identidad se darán cita en Rosario. Una ciudad que tratará de arropar lo más posible a su selección para derrotar a su eterna rival y, de paso, acercarse al billete con destino a Sudáfrica.