Mila Royo reconoce que el año pasado la candidatura de la Tamborrada para encender el cohete que da inicio a las populares fiestas fue una realidad aunque al final, por motivos personales, decayó; de modo que no oculta su orgullo por ser hoy, a la tarde, la encargada de detonar a través del lanzamiento del txupin las ansias de juerga de elorriotarras y foráneos.

Royo tiene claro su plan para hoy. Al igual que en los días previos, ella y su equipo -cinco mujeres encargadas de confeccionar el vestuario- darán los últimos retoques a trajes y demás utensilios antes de acudir al Ayuntamiento para cumplir con la grata tarea que le ha encomendado la comisión: la lectura del pregón y el txupinazo. «Otros años he estado en mitad de la plaza, éste me tocará estar en el balcón», manifiesta.

Luego, explica esta elorriotarra criada en Elgeta, irá a cenar a una sociedad con el centenar largo de componentes de la Tamborrada y, a las 22.30, retornará a la plaza para desfilar a los sones de los barriles por las calles de la villa repletas de gente. «En 20 minutos aproximadamente nos vestimos todos, los cien, en un cuchitril», aclara.

En 1968, rememora Mila Royo, fueron niños los primeros participantes en la Tamborrada, a la que se sumaron un año después los adultos. Fue una iniciativa que partió de vecinos con raíces guipuzcoanas y otros deseosos de hacer brillar las fiestas de Elorrio en aquellos oscuros años del franquismo. «Es verdad que en Bizkaia no hay tanta tradición, pero ahí están también las de Durango, Zornotza o Lekeitio. No hay muchas pero gusta un montón. Yo soy una acérrima, de toda la vida», confiesa.

En Elorrio comenzaron alquilando los trajes, luego a confeccionarlos gracias a las ayudas municipales y hoy estrenarán 40 nuevos barriles, «porque los que teníamos pedían auxilio y salía más caro llevarlos a reparar, aunque alguno trataremos de arreglarlo con remaches».

Dejar de ser espectadores

En esta edición de Ferixa Nausikoak, la comisión busca la participación, en vez de que vecinos y foráneos sean meros espectadores. Un buen preámbulo fueron los partidos de pelota en la plaza con pelotaris elorrioarras y el concierto de anoche en las txosnas con Lor y Kop.

En esta edición destacan los actos «a pie de calle». «Se trata de ambientar diferentes zonas del pueblo y no concentrar la fiesta en un solo espacio. Menos escenario y más dinamismo -subrayan-. El objetivo es conseguir unas fiestas participativas y cercanas».

Hoy, a la mañana, habrá una prueba ciclista femenina y, a partir de las 11.30, parque infantil, que seguirá por la tarde, desde las 17.00. A las 19.00, la animación de la txaranga calentará motores de cara a la bajada, en la que se contará con la presencia del grupo de teatro de calle Los Pompers.

Una de las novedades tendrá lugar tras la lectura del pregón y txupinazo, con un encierro infantil. Tras la Tamborrada, llegarán las citas musicales, con el concierto a partir de las 23.00 y, media hora después, la verbena con Denis Band en Urarka. Después, a medianoche, en el ateneo, habrá discofiesta con Kogollo Crew Elektronika. Dentro del domingo, a las 00.45, en la plaza se prevé un espectáculo de acrobacias y fuego, Acrovisión.