El Gobierno de Patxi López sigue intentando poner en marcha la legislatura dentro de un tacatá aunque, si bien no sería justo denominarle consejo de ancianos, su gabinete tiene una edad media que ya se aleja considerablemente de la juventud, tanto por la fecha de nacimiento de sus componentes como por la dilatada trayectoria política de la mayoría de ellos.

Y en vista de que, más allá de los paseíllos festivos al frente de la cuadrilla de encapuchados de la Ertzaintza, no sabe muy bien qué camino seguir, el Ejecutivo del PSE se va a subir a los brazos del Gobierno del PSOE. Para el álbum de sus primeros pasos, el lunes se harán una foto en Ajuria Enea el lehendakari, Ares y Manuel Chaves. Este último, en estos tiempos en los que «España en obras» se escribe con la tilde en la «E» y en el festival del Europaro nadie le escatima la máxima puntuación, es un pluriempleado de la antigua escuela: vicepresidente tercero del Gobierno, ministro de Política Territorial y presidente del PSOE. Por su parte, López, además de presidente autonómico, es secretario general del PSE. Y Ares, que no podía ser menos, al cargo de consejero de Interior suma su función de secretario de Coordinación y Organización del PSE.

Viene todo esto a cuento para que nadie caiga en la tentación de minusvalorar el encuentro entre quienes integran la «Comisión bilateral de cooperación Administración General del Estado - Administración de la Comunidad del País Vasco» para concretar la transferencia de la «políticas activas de empleo», que López ya anunció que llegarán a Gasteiz antes de que acabe el año. Y tampoco crean que éste es uno de esos órganos que se ponen en marcha para no solucionar nada con el único objeto de cobrar dietas, porque llevaba once años sin reunirse. ¡Cómo se habrán acordado de que existía!

Otro dirigente del PSOE y del PSE y que ocupa escaño de diputado en Madrid, Eduardo Madina, subrayó ayer el espíritu de colaboración entre ambas partes. A mí me parece que la noticia sería que no se hablaran, no colaboraran y que, para reflejar su arraigo popular, alguno de ellos se fuera al paro.