En primer lugar se encargaron de organizar la escandalera y generar la suficiente «alarma social». Luego hicieron los emplazamientos correspondientes para aliviar y tranquilizar a sus parroquias y ahora, al término, juzgan a los jueces. Tienen una visión cuasi divina del periodismo.

Les pasa mucho a Pedro J. Ramírez y sus pupilos de «El Mundo», que se sitúan por encima del bien y del mal, y pontifican sobre lo divino y lo humano.

Ahora la han montado a cuenta de la ausencia del domicilio de Maite Aranalde. Ayer lamentaban que «la Audiencia Nacional cerró filas ayer con el juez Eloy Velasco, que decretó la puesta en libertad bajo fianza de la etarra que posteriormente se fugó. El presidente de la Audiencia aseguró que Velasco actuó de acuerdo con la legalidad. Sin embargo, no es eso lo que se cuestiona». Ya empiezan a enmendarle la plana.

Y es que, reconoce Ramírez, «la ley permitía a Velasco tomar esa decisión», para matizar a continuación: «pero no le obligaba a ello. También hubiera aplicado la ley manteniendo a Aranalde en la cárcel -según le pidió el fiscal- con el fin de que no se fugara, como acabó sucediendo». Lo que pretenden Ramírez y compañía es cambiar la realidad para que lo ordinario sea la prisión provisional y no la libertad provisional, como sucede en todo el mundo.

El rapapolvos se extiende a los colegas del señalado: «Los jueces de la Audiencia, conocedores del escándalo que ha originado esta fuga, echaron la culpa de lo sucedido al funcionamiento de la euroorden, por lo que solicitaron su reforma. Ahora el CGPJ es quien debe decidir si Velasco incurrió o no en alguna negligencia». En realidad lo podría hacer el propio Pedro J.

Y para el final, el consejo: «Los errores judiciales y policiales que permitieron la fuga de una etarra tampoco pueden hacer olvidar la contundente persecución de ETA y su entorno que llevan a cabo los jueces con decisiones como la de Grande-Marlaska de prohibir un torneo de mus y un partido de fútbol convocado por una asociación filoetarra. Ése es el camino». O sea que de lo que se trata es de prohibir el mus y el fútbol. Son tan graciosos...