GARA > Idatzia > Eguneko gaiak

El año que vino Brad Pitt a Donostia

Mikel INSAUSTI Crítico de cine

Digamos lo que digamos, nos pongamos como nos pongamos, la 57 edición del Donostia Zinemaldia pasará a la historia como la de Brad Pitt. Por algo es una estrella mediática que acapara toda la atención, capaz por sí sola de dejar en sombra el resto de parcelas informativas. Mucho me temo que el recordatorio de Mikel Olaciregui en la presentación de que éste es un festival de directores no ocupará titulares, pese a que sus palabras resonaron con eco en la pecera del Aquarium, pero sólo fueron respondidas con expresiones de admiración cuando pronunció el nombre del protagonista de «Malditos bastardos», y puedo jurar que entre los asistentes no había ninguna adolescente histérica. El resto de la información fue recibida con la habitual frialdad, lo que, en un año de crisis con un día menos de programación, cabe interpretar como un signo más de la austeridad general que se palpa en el ambiente.

Soy de los que piensan que el cine nunca debe dejar de lado su papel social como espectáculo de evasión y que basta que atravesemos por una depresión económica para ir a la sala oscura a olvidar los problemas. En la Sección Oficial de este año se echan de menos comedias como «Tropic Thunder» y otras de la pasada edición, dentro del apartado de películas fuera de concurso. Empezar con Atom Egoyan y acabar con Rodrigo García no es lo que entiendo por una fiesta, menos aún con una selección a concurso coyunturalmente marcada por el cine minoritario hecho en tiempos de pocas alegrías. Iré ensayando mi rictus más serio para la salida de las exigentes proyecciones, y de reojo miraré con envidia a los que se lo van a pasar en grande viendo obras maestras de cineastas consagrados en Zabaltegi-Perlas o la filmografía entera de mi admirado Richard Brooks. Me consolaré en el bar del Hotel María Cristina, tomando por primera vez en mi vida un whisky en la barra, con la esperanza de ver sentado en el taburete de al lado a Bill Murray poniendo «cara de palo», tras recibir el Premio Donostia.

Imprimatu 
Gehitu artikuloa: Delicious Zabaldu
Igo