Setenta días después de su fallecimiento, Michael Jackson fue enterrado ayer en el cementerio Forest Lawn de Glendale, en el condado de Los Ángeles, tras una ceremonia privada en la que estuvo presente la familia del «rey del pop» y amigos íntimos como Elizabeth Taylor o Macaulay Culkin. Cerca de dos centenares de allegados dieron su último adiós en un acto al aire libre que contó con la actuación de Gladys Knight, cantante que conocía a Jackson desde que era un niño. Tras la llegada de los invitados al camposanto, llegó el coche fúnebre acompañado de cuatro oficiales de Policía en motocicletas y ante un fuerte operativo de seguridad que mantuvo a los seguidores, periodistas e incluso avionetas lejos del cementerio.