El muladar de Valderejo completa la red de comederos prevista por las diputaciones
El abandono de ganado muerto en el campo está permitido desde este año y a ello se suma la apertura, por parte del departamento de Medio Ambiente alavés este verano, del nuevo muladar de Valderejo, con lo que se normaliza por fin la habitual alimentación de los buitres.
Joseba VIVANCO |
Las diputaciones forales de Bizkaia y Araba, además de la Junta de Castilla y León, acordaron en otoño de 2007 la apertura de sendos muladares en los dos territorios vascos y otros tantos en la parte burgalesa. Las reiteradas denuncias de ataques al ganado por parte de estas carroñeras obligaron a tomar una solución, de la cual formaba parte la clausura del muladar sito en Ordunte, en funcionamiento desde hacía dos décadas. Finalmente, la Diputación vizcaina recondujo su inicial decisión y en enero de 2008 lo volvió a reabrir. Ahora, es Araba la que cumple con su compromiso de abrir un comedero en el parque natural de Valderejo.
Lo mismo que sucedió con su homóloga vizcaina, la apertura de este nuevo muladar por parte del departamento de Medio Ambiente alavés ha pasado desapercibida. De ningún modo se desea reavivar cualquier vieja polémica con el sensible sector ganadero.
«En ningún caso vamos a sobrealimentar al buitre», afirmó en su día el diputado Mikel Mintegi, para matizar que la aportación de comida a estos muladares sólo equivale a una mínima parte de la alimentación de estas aves.
Los técnicos de medio ambiente han aclarado que las cantidades de carne que se depositan en los muladares o come- deros sólo representan el 10% de la dieta de estas aves, de ahí que se vean como un complemento.
Hasta ahora, en suelo alavés sólo existía un comedero, el de Analamendi, en Maeztu. Pero la realidad es la que pintan las imágenes en los vertederos de algunos municipios vascos.
El de Sasieta, en Beasain, es un ejemplo de la masiva presencia de buitres en busca de comida que les falta en la alta montaña. En Tutera también se ha observado este fenómeno, o en el vertedero de la capital gasteiztarra.
Aumento de ejemplares
El origen de este problema se remonta a la ya olvidada crisis de las vacas locas y la prohibición de depositar cadáveres de animales en estos muladares o abandonarlos en el campo. Fue entonces cuando proliferaron los ataques al ganado, algo que, según los expertos, sucede de manera excepcional. En 2008, en Araba se denunciaron 77 ataques, pero sólo 33 pudieron ser probados. Y hablamos de cien mil cabezas de ganado ovino y bovino.
Desde abril pasado se puede ya dejar las reses muertas en el campo, lo que unido a la apertura completa de la prevista red de muladares hace que estas carroñeras vuelven a disponer de su tradicional despensa.
En Araba, la población de buitres se ha multplicado por once en tres décadas. Frente a las 49 parejas que se contabilizaban en 1979, en 2007 éstas llegaban a 544, según datos de la propia Diputación foral. Sólo entre este territorio, el vizcaino en menor medida y, sobre todo, el de Burgos, acogen a más de 2.000 parejas reproductoras.
Seguimiento
El buitre de no entiende de fronteras y límites -pueden desplazarse hasta 400 kilómetros en un día-, por lo que las administraciones no sólo apuestan por normalizar su alimentación, sino por ir más allá y hacer un seguimiento de estas poblaciones para conocer más de cerca su comportamiento.
En el caso de la Diputación alavesa, en colaboración con otros territorios vecinos, se tiene previsto acometer un proyecto de seguimiento de dos centenares de ejemplares, colocándoles marcas alares.