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VUELTA Octava etapa

Los gallos se animan pero las diferencias se resisten

El alto de Aitana deja a Cadel Evans como nuevo líder y añade a Gesink y Cunego al grupo de aspirantes.

Amaia U. LASAGABASTER | BILBO

La esperada octava etapa de la Vuelta se saldó con dos ataques de envergadura y poquitas consecuencias entre los favoritos al triunfo final. Cadel Evans es el nuevo líder, pero exceptuando a Alexander Vinokourov, que perdió nueve minutos, todos los candidatos -entre los que habrá que empezar a incluir a Gesink y Cunego- se concentran en un puñado de segundos.

El primer salto con fundamento llegó pronto, con la escapada que se formó, tras unos primeros escarceos, sobre el kilómetro treinta. Media docena de corredores que superó el cuarto de hora de ventaja y que a punto estuvo de culminar su aventura con éxito. Sólo el trabajo de Caisse d'Epargne, que monopolizó la labor de caza, y el ataque de Damiano Cunego en los últimos kilómetros evitaron que David Moncoutie diera por buena la fuga.

El tren que impusieron los hombres de Eusebio Unzue tuvo más consecuencias. Las primeras se cebaron en los hombres de Saxo Bank, con Andy Schleck echando pie a tierra y Fabian Cancellara prefiriendo no sufrir en la defensa inútil del liderato y descolgándose bastante antes de que comenzara la batalla. Que se hizo desear porque, tras el desgaste de las ascensiones previas, la subida a Aitana se convirtió, sin cambios de ritmo casi hasta el final, en una cuestión de aguante. Se descolgó a las primeras de cambio, tras la sensacional actuación de la víspera, David Herrero; y tras el vizcaino, fueron perdiendo contacto con la cabeza Frank Schleck, Juanma Garate, Jakob Fuglsang, Beñat Intxausti, Arkaitz Duran, Alexandre Vinokourov, Amets Txurruka... Uno a uno fueron cayendo hasta reducir a apenas una docena de integrantes el pelotón de principales, que todavía tenía por delante a David Moncoutie, Johnny Hoogerland y Sébastien Hinault.

Sí aguantaba entre los favoritos Samuel Sánchez, pese a que la jornada se le había complicado sobremanera algunos kilómetros antes. El asturiano se cayó en el descenso de Turons, lo que, además de los correspondientes rasponazos y magulladuras, le obligó a cambiar dos veces de bicicleta y a pegarse un calentón para atrapar a sus rivales cuando el ritmo de la carrera era ya considerable.

Posiblemente por eso, le costó engancharse cuando llegaron las primeras tentativas de Ivan Basso. Pero todos los gallos pudieron enlazar tras los escarceos del italiano, ni demasiado numerosos, ni excesivamente exigentes. Sí lo fue el de Damiano Cunego. El corredor de Lampre saltó como un tiro a poco más de dos kilómetros de meta. No quisieron o no pudieron seguir el ritmo del Principito, que se tragó a Moncoutie para cruzar en solitario la línea de meta.

Los 44 segundos de renta que consiguió en Aitana pueden meterle de lleno en la pelea por la general, comandada ahora por Cadel Evans y en la que también brillan corredores como Robert Gesink o Thomas Danielson, que ayer aguantaron con los mejores.

Todos ellos deben mantener el protagonismo en la novena jornada, que llevará al pelotón de Alcoy a Xorret de Catí (188,8 kilómetros), con media docena de puertos -dos de 3ª y cuatro de 2ª- antes de la ascensión final, de 1ª.

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