Raimundo Fitero
Nuestro héroe
Ua está, ya lo hemos visto. El héroe asegura que está imputado «por venganza». Claridad expositiva de un juez experto en utilizar esos conceptos sico-políticos en su tarea habitual. Nuestro gran héroe recibe el apoyo de los partidarios de llegar hasta el final con la memoria histórica, jueces y magistrados y recibe calor internacional. Está en campaña electoral. En cuanto pasen estos días irá a disparar sus escopetas nacionales contra venados o caprinos superiores. Los héroes son así, incomprendidos en muchas ocasiones.
Pero tenemos el documento esperado, la foto buscada: el excelentísimo señor don Baltasar Garzón entrando al Supremo como imputado. La he visto, la he grabado, se la pasaré a mis gatos. Los que le apoyaban y jaleaban seguramente lo hacían de buena fe. Conozco a algunos de ellos y están contentos con la sentencia de inhibición porque desmonta algunas mentiras de la memoria oficial del franquismo desaparecido en una transición nefasta.
Pero el problema es la ley, una ley pura ZP, ni chicha ni limoná, una ley hecha con miedo y que solamente ha creado más dolor y mayor envalentonamiento de la derecha más extrema, de los herederos ideológicos y sobre todo económicos del franquismo. Un ejercicio sencillo. Si se miran bien las empresas que forman el Ibex 35, se comprueba como sus cuadros directivos y el accionariado de referencia está plagado de apellidos ilustres del franquismo. Ahora entendemos aquella frase a modo de epitafio, «atado y bien atado».
Ahí están las llaves del dinero corrupto de cuarenta años de dictadura. Ahí está el franquismo real, el operante. Ahí y en muchos otros lugares prominentes, porque a lo mejor nuestro héroe debería intervenir con las decisiones de una juez que prohíbe en un pueblo catalán una consulta popular sobre su deseo independentista a la vez que otro tribunal aprueba una manifestación de Falange Española protestando por esa misma consulta. Como se sabe Falange Española no fue parte del golpe de Estado franquista, ni participó activamente en la dictadura. Es un partido legal. La guía de algunos demócratas de toda la vida que salen mucho en televisión.