Los números 2 protagonizaron la novena jornada del Abierto estadounidense. Andy Murray, el finalista escocés de la anterior edición, perdió el puesto al quedar eliminado en octavos de final. Horas después lo recuperaba Rafael Nadal, con su victoria ante el francés Gael Monfils por 6-7 (3), 6-3, 6-1 y 6-3. El mallorquín volverá a ser segundo siempre que supere los cuartos de final y Novak Djokovic no gane el último grande del año.

Al zurdo de Manacor, que llegó a ser número 1 durante 46 semanas, no le quita el sueño el 2. «La realidad es que no me importa mucho. Las semanas de número dos ya las he disfrutado bastante. Del número dos al tres no va a cambiar mucho».

Más le preocupa su próximo rival, el experimentado chileno Fernando González al que considera un adversario siempre difícil: «Lleva muchos años estando ahí, con una carrera espectacular y lo va demostrando. Yo intentaré jugar agresivo, que no esté cómodo con la derecha. Será muy complicado y si no juego muy bien será casi imposible», apuntó Nadal.

Cómo si fuera la 1

La otra protagonista también ejerce de número 2. Serena Williams, vigente campeona y segunda favorita, es una de las pocas cabezas de serie que se está comportando como tal. La debacle en el cuadro femenino no le afecta. Acabó con la italiana Pennetta en dos sets (6-4 y 6-3) y se ha plantado en semifinales de forma contundente, sin ceder ninguno. Allí se las verá con Kim Clijsters, de regreso a las canchas que abandonó en mayo de 2007 para formar una familia. La flamenca, ex número 1 del mundo y vencedora en la edición de 2005, ha llegado a semifinalista desde su condición de invitada, algo inédito.

Tanto que la de Florida, triple campeona en Nueva York y con once títulos del Grand Slam en su recorrido, bromea con el exitoso retorno de la europea. «He pensado que debería de tener un bebé y como ella regresar luego mucho más rápida», comentó la menor de las Williams, que considera a Clijsters una buena tenista «que juega duro, con fuerza», tanto como para dejar en el camino a su hermana Venus y a unas cuantas más.