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Juan Bengoetxea médico

Neofranquismo

Protocolo. Sospechoso (si vive en Euskal-Herria o habla euskera). Filoetarra (si no condena a ETA o va a manifestaciones). Enaltecedor (a demanda de la situación, puede ser por enseñar una foto en público o decir aurrera bolie). Colaborador (cualquier miembro de asociación que busque la independencia). Integrante (Batasuna = ANV = EHAK, etc.). Preventivos y presuntos, pero la acción es efectiva, que es lo que pretenden.

En Europa se define dos tipos de democracia y en aras a la unidad se aceptaron unos mínimos para incluir a ambas en el Convenio: la limitada, cerrada, ligada a la constitución, «democracia militante» que puede ilegalizar al partido político que vaya contra sus valores fundamentales (irreformables) y la democracia abierta, neutral, sin limite a lo que decida el pueblo, incluido el supuesto de decidir suprimir el propio sistema democrático, «democracia procedimental», cuyo límite es el Código Penal.

De la sentencia de Estrasburgo se deduce que la democracia en España es limitada, (militante) condicionada por el constitucional al aceptar la Ley de Partidos. Si es que existe alguna democracia, porque sabemos por experiencia diaria, y el Sr. Rubalcaba lo confirmó, que es pura falacia. ¿Decir que un partido político no responde a la soberanía popular que le elige si no condena a ETA? Limitar la soberanía del pueblo limita el sentido democrático. Los jueces europeos han copiado los argumentos de antaño contra el Partido Comunista. No hay sitio para las ideas independentistas porque la idea separatista atenta contra la constitución española. Su problema, como con Franco, es la independencia de Nafarroa, no ETA.

Populares. Neguri era la expresión máxima de la aristocracia del pedigrí, la auténtica herencia de la buena cuna. Habían construido sus viviendas al estilo ingles en el espacio entre el mar, la estación del tren y el río Basordas. Un grupo de familias de toda la vida que, en los años 30, gestionaba tres cuartas partes del acero, la mitad del hierro, y el 35% de los barcos mercantes de España. Después de la victoriosa cruzada, todas esas familias, partícipes del poder, tenían entre sus criadas, vestidas con uniforme negro, delantal, cofia y guantes blancos impecables, al menos alguna «de caserío» que a ruegos de las visitas decían algo en vascuence.

Somos vascos. ¿Transgénicos? Carolina, marquesa de Mac-Mahon, viuda de Ibarra, recibió en su casa al Padre Escrivá en los años cuarenta. El fundador, hijo de un tendero de Barbastro, descubrió el refinamiento cultural y los modales de la oligarquía vasca y su reacción fue imitar uniformes, modos y mobiliario, para dar el tono de distinción a las casas de la Obra. El encuentro supuso el inicio de el Colegio Gaztelueta (1951), que junto con el Estudio General de Navarra (1952), fueron las primeras obras corporativas del Opus Dei (su fin fundamental es el proselitismo).

Miguel Gortari les cedió la cámara de Comptos para la Facultad de Derecho y el pabellón F del Hospital para la de Medicina. El Opus utilizó en sus comienzos la victoria franquista y su nacional catolicismo. Beligerantes, quieren imponer su verdad dogmática y esas dos instituciones explican por qué el PP vascongado y UPN son iguales, o al menos tienen ese «aire de familia». La foto de los militares en el Gorbeia retrata los medios de colonización. La espada y la cruz.

Socialistas. Tras el cambio de aduanas por las derrotas carlistas empezó la explotación inglesa de un filón de mineral de hierro de 30 kilómetros, que venía desde Muskiz a El Regato, óptimo para el sistema de los hornos Bessemer. Las minas trajeron barcos para transporte, ampliación del puerto y navieras, y también Altos Hornos para hacer aquí lo que hacían allí. Y Bancos para garantizar liquidez.

La plusvalía enorme que se producía en la Margen Izquierda, trabajo acumulado en forma de riqueza, se la llevaban los de Neguri. «Excedente de trabajo apropiado por el capital». Aquella amalgama de proletarios inicialmente socialistas aumentó su conciencia de clase con la llegada del comunismo. ¿Qué queda de aquel marxismo partidario de nacionalizaciones, autogestión, control de plusvalía...?.

El ERE. La segunda inmigración, la del franquismo del gobernador Riestra, fue, en parte, utilizada para diluir el sentimiento de pueblo que quedaba. Todavía en el 73 el alcalde de Güeñes ponía reparos a permitir un alarde de txistularis en la plaza, porque «podía haber ikurriñas y gritos nacionalistas». Los santos inocentes. Hay casos de familias con dos generaciones sin acercarse lo más mínimo a la cultura navarra y ahora tienen que aprender euskera los abuelos para poder hablar con los nietos. Esos impostores que se dicen representantes del pueblo navarro en Iruñea y Vascongadas y sólo hablan castellano son herencia del franquismo genocida. Iguales en su idea de España, sólo les diferencian las cuestiones del pecado y del sexo católico.

Nacionalistas. «Niño no se dice aita, se dice papá». Desde el principio el franquismo tuvo claro que el euskera no era lengua imperial y que había que suprimirla de raíz porque escondía criptográficamente el separatismo. Y lo combatió con brutalidad dejando un Bilbo puritano y silencioso. Aparecieron las bilbainadas y las arlotadas en que lo vasco quedaba difuminado como un mal castellano. «Estamos bien, pues».

Algunos siguen en ello. La represión de los cuarenta y cincuenta fue terrible. Pero también fue allí donde surgió la «moral de resistencia», un grupo de jóvenes que produjo gente fantástica que dio la vida por la utopía. La incitación franquista produjo el nacimiento de un movimiento armado. Ahora surgen los recuerdos porque, como entonces, en una huida hacia delante enarbolando el palo de Skinner se emborrachan con la represión. Esa incitación ¿qué provocará?

Esto es un Estado de Derecho de Excepción que busca controlar la conducta con el castigo. Fotos, ni en las esquelas. Los usurpadores se esfuerzan en crear una atmósfera artificial de normalidad, pero para que sea plenamente efectiva el poder necesita gente que hable euskera, que no lleve necesariamente la bandera española y sí la ikurriña a los actos, para dar sensación de que Euskadi existe, dentro de un sano regionalismo español, claro. Precisa la colaboración del PNV, que lo sabe y espera a que le propongan su parte de tarta. Partido-Socialista-Popular-Nacionalista-Vasco. PSPNV. Transversalidad.

Internacionalistas. De siempre, Iparralde ha sido un lugar de acogida para los navarros peninsulares, enriquecedor, oxigenador del cerebro. Había un formidable y variopinto grupo de solidarios. Refugiados de diversos colores, desplazados y nativos. Ellos enseñaron la solidaridad, el intento de libertad sexual, la internacionalización de las ideas de izquierda, la complicidad interesada de la iglesia y también que tener la razón no sirve para nada si no se tiene fuerza. La izquierda auténtica, la internacionalista, siempre ha entendido la lucha por la libertad del pueblo navarro y la ha compartido.

Los derechos humanos son iguales para los palestinos que para los marines americanos independientemente de sus actuaciones. En teoría, claro. ¿Desde cuándo es delito defender los derechos humanos de las personas, prisioneros incluidos? Denunciar la dispersión, el aislamiento permanente, el derecho a la consulta médica, el carácter retroactivo de la ley, la cadena perpetua, la tortura, el olor a venganza de su intento de anular a la persona... ¿Esas verdades molestan a los familiares de las víctimas? Si la denuncia no la hacen los familiares y amigos de los prisioneros, ¿quién lo va a hacer? Son alimañas, dicen. Como con Franco no son todas las familias iguales.

Mientras sean las metrópolis las que deciden si somos caballos o burros, no habrá camino político para Euskal Herria. Ibarretxe. El mar de los vascos, la Navarra marítima, tiene una marcada mismidad. ¿Qué pretendieron los mandos de la Ertzantza el día de gansos? ¿Quitar carteles? De nuevo , con alevosía y premeditación, quieren borrar el sentimiento de pueblo que la Guardia Civil no pudo quitar hace 35 años, solo que Hidalgo y aquellos venían a cara descubierta y estos se escudan en la obediencia debida para practicar el terror legal. Todavía se oye en la costa el irrintzi que Xaho, el hombre de Atharratze, lanzó: «Euskaldunak gara Euskalherrikoak».

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