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Un gueto sudafricano para alienígenas

«Distric 9»

El resurgir del cine de ciencia-ficción llega gracias al joven talento sudafricano Neill Blomkamp, descubierto y apadrinado por Peter Jackson. «District 9» es una parábola social en la que los refugiados extraterrestres son tratados como inmigrantes ilegales y concentrados masivamente en un campo bajo control militar a las afueras de Johannesburgo.

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Mikel INSAUSTI | DONOSTIA

De la noche a la mañana, el sudafricano Neill Blomkamp se ha convertido en la gran esperanza blanca del cine de ciencia-ficción, un género que en los últimos años parece impedido para dar nuevos clásicos por la sencilla razón de que se ha orientado hacia costosas producciones de acción futurista que no son lo mismo. Estando así las cosas, las satisfacciones solamente pueden llegar, y de forma aislada, dentro del cine independiente hecho con la vista puesta en las últimas referencias notorias de los años 70 y 80.

En pocas semanas se estrenará, por ejemplo, «Moon», película que recupera la temática universal del aislamiento sicológico e infinita soledad del ser humano en medio del espacio, y que tal como ha reconocido su propio realizador Duncan Jones, se inspira en títulos de entonces, ya sea «Naves misteriosas», «Atmósfera Cero» u «Odisea 2001». La película de Blomkamp es todavía más completa en ese sentido, al suponer un compendio de todo lo que se ha venido estrenando desde aquella época a nuestros días. Aunque «District 9» toma como principal fuente de inspiración «Alien», «Blade Runner», «Robocop» o «E.T», también se fija en realizaciones más recientes del estilo de «Enemigo mío» o «Transformers». Y lo más sorprendente de todo es que «District 9» acaba siendo una creación completamente original, al partir de un planteamiento abierto en el que caben las distintas tendencias que convergen en el cine actual. Encuentra un secreto equilibrio entre el documental y la ficción, a base de conferir un aspecto realista a lo que en el fondo es una pura invención. No se puede negar que las criaturas extraterrestres han sido generadas digitalmente, pero el desarrollo argumental las inscribe de lleno en un contexto real, para que interactúen con los humanos y se conviertan en parte de su problemática social y política. Los alienígenas sirven, como en cualquier buen relato de ciencia-ficción, de elemento concienciador dentro de una parábola de grandes dimensiones, en este caso aplicada en concreto al racismo y su evolución a través de los tiempos.

Debut sudafricano

«District 9» nunca podrá ser una película de ciencia-ficción al uso desde el momento en que Neill Blomkamp la ha concebido como si fuera la primera muestra sudafricana del género. Esto se traduce de inmediato en una iluminación radicalmente diferente, ya que la ciencia-ficción ha hecho de los ambientes oscuros su escenario natural. En cambio, el sudafricano filma en su tierra a plena luz del día y bajo un sol de justicia en localizaciones habituales de las películas sobre el apartheid, pues se trata de los suburbios chabolistas de Johannesburgo, la ciudad más superpoblada del país. El Distrito Nueve del que habla el título no es sino un gueto, una zona bajo control militar en la que quedan confinados un numeroso núcleo de inmigrantes procedentes del espacio exterior, y con los que la administración no sabe qué hacer.

La gestación de un proyecto tan diferente tampoco ha sido normal, debido a que surgió como una alternativa a otra producción que no había salido adelante. El neozelandés Peter Jackson es el descubridor de Neill Blomkamp, un joven talento en el que creyó ciegamente desde el principio. Lo defendió como el realizador idóneo para la adaptación a la pantalla del video-juego «Halo», que finalmente ha acabado en manos de Spielberg, a pesar de su inexperiencia para ponerse al frente de un gigantesco presupuesto de 150 millones de dólares. El miedo ante el debutante pudo ser uno de los detonantes, aunque lo cierto es que las dos compañías implicadas en la superproducción entraron en una guerra de desconfianzas mutuas y el proyecto se fue al traste. Peter Jackson no quería que su protegido se hundiera moralmente, por lo que le propuso que trabajara en otra película menos costosa y con mayor libertad imaginativa.

Y dicho y hecho. Lo que hizo Neill Blomkamp fue desarrollar su cortometraje «Alive in Jo'burg», donde ya se planteaba la utilización del escenario multirracial de Johannesburgo como base para un conflicto a nivel intergaláctico. El encargo resultaba tan comprometido que al debutante le salió un guión demasiado serio y dramático, hasta que conectó con la guionista Terri Tatchell, encargada de dar una visión más irónica al conjunto. Para recalcar dicha ironía sólo les quedaba encontrar a un protagonista humano de tales características, y, tras las obligadas pruebas de casting, se decidieron por otro debutante, ya que Sharlto Copley no había actuado nunca en el cine y procede del medio televisivo. Su elección ayudaba además a abaratar los costes, sin que la inversión final haya superado los 35 millones de dólares, aproximadamente una quinta parte de lo que iba a costar «Halo».

Viendo el espectacular trailer de «District 9», uno cree estar ante una superproducción de Hollywood en toda regla, y de hecho en la taquilla está funcionando como si lo fuera, debido a que esa es la impresión que se lleva el gran público. Un éxito nacido de la unión entre un gran conocedor de la industria y sus posibilidades, como es Peter Jackson, y un inventivo nuevo realizador formado en el campo de los efectos especiales. Esto último es muy importante, toda vez que Neill Blomkamp se ha curtido en la publicidad, que al fin y al cabo busca engañar al receptor del mensaje con todo tipo de recursos y efectismos visuales. La visión de la inmensa nave extraterrestre suspendida sobre Johannesburgo es impresionante, tanto, que basta para dar una idea del inteligente trabajo hecho por los estudios canadienses Image Engine.

Lo curioso del asunto es que lo más lógico hubiera sido recurrir a la compañía neozelandesa Weta, fundada por Peter Jackson, pero se encontraban absorbidos por la interminable producción de «Avatar» a cargo de James Cameron. Como quiera que Blomkamp trabaja en Vancouver le fue fácil entenderse con los técnicos de allí, a base de buscar siempre las soluciones más practicas y asequibles.

En lugar de complicarse la vida con el diseño de unos extraterrestres de formas etéreas y poco físicas, translucidas o algo así, lo que hicieron fue darles solidez, para lo que se les dotó de un duro caparazón que, facilitando aún más las cosas, la mayor parte del metraje aparece recubierto de polvo. Lo difícil era, no obstante, dar con la configuración del rostro, teniendo en cuenta que no podían recordar a los humanos e iban a parecerse más a los insectos.

La solución consiste en conservar únicamente la expresión de los ojos, suficiente para asegurar la identificación del espectador con estos extraños seres, junto con la relación paternofilial que adquiere un especial protagonismo a nivel de sentimientos dentro de la película. Padres e hijos alienígenas han quedado desamparados a raíz de la muerte de la Abeja Reina que regía su comunidad, sin que tampoco encuentren refugio en el hostil planeta tierra que los ha segregado.

 
El famoso anuncio del coche-robot

¿Cómo puede confiar Peter Jackson su dinero a un debutante? La explicación está en que Neill Blomkamp ha triunfado antes en el mundo de la publicidad a resultas de la gran repercusión alcanzada por el anuncio del Citroën C4, del que se han hecho ya infinitas versiones en internet. Inspirado en la idea de los juguetes Transformers, consigue que el coche se convierta en un robot bailarín, el cual ejecuta todo tipo de piruetas al ritmo de la música electrónica y discotequera de The Egg. El mismo tema bailable «Walking Away» fue empleado también en el spot del coche-robot que patina sobre el hielo.M. I.

TENSIÓN

La tensión entre los aliens y los humanos llega a un punto crítico cuando un operario de campo contrae un misterioso virus que empieza a transformar su ADN. Sólo le queda un lugar en el que poder ocultarse: el Distrito 9.

GÉNESIS

La génesis de «District 9» se remonta a un corto, un falso documental que Blomkamp rodó en un barrio de chabolas de Johannesburgo. Allí, aparecen alienígenas intergalácticos dentro de la mezcla cultural de Johannesburgo.

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