Maite SOROA | msoroa@gara.net
La realidad les duele
Un facha es un tipo difícil de soportar. Pero si, además de facha, intenta hacerse el gracioso, el engendro resulta absolutamente insoportable. Y la situación empeora de forma notable cuando recurre a un sucedáneo de la ironía. Es lo que le pasa, entre otros, a Iñaki Ezkerra.
Ya conocemos la aversión que les producen las urnas -como el ajo o la luz solar a los vampiros-, y ayer, en «La Razón», Ezkerra trataba de disimular: «Uno es absolutamente partidario de que el referéndum ilegal de Arenys de Munt se institucionalice, o sea de que se `legalice' aunque no como consulta constitucional sino como verbena popular. Como la Tomatina de Buñol o la Fiesta de Moros y Cristianos de Villajoyosa». También podía citar el desfile del Día de la Raza, con cabra, legionarios y hasta un rey, como en los cuentos.
El disgusto debe de ser de aúpa en sus filas y el bufón intenta levantar el ánimo de los señores con sus gracietas: «Yo pienso que a partir de ahora habría que promocionar turísticamente esa celebración todos los treces de septiembre para que se llene de guiris y éstos puedan disfrazarse de falangistas extemporáneos o de frikis independentistas de esos que se envuelven en la estelada o se la colocan, como otros hacen con `el aguilucho', a la manera de ridícula capita de Superman. Porque lo de ayer en esa localidad catalana no fue un desafío a la legalidad democrática, sino una astracanada, algo que no tiene que ver ni con la Cataluña real ni con la España real ni con el mundo real». Tiene razón. Tiene que ver con la Catalunya republicana.
La pura realidad les ha producido un retortijón de tripas, y el animador de la tropa se ve impelido a bufonear para aliviar los dolores: «A los que montaron el numerito de ayer en Arenys de Munt les gustaría que todos nos disfrazáramos con la camisa azul o con una señera `estadounizada' y fuéramos hasta allí a levantar el bracito ortopédico o a estrenar el tiragomas secesionista». Los fans de Ezkerra levantan el brazo, que no es ortopédico, con entusiasmo. Y con experiencia. Pero para gracioso, Ezkerra: «... o sea que, en efecto, nos tiráramos al `munt'. Yo estoy por esa labor siempre que se hagan las cosas como Dios manda, con un programa de fiestas, una subvención de Fomento y unas infraestructuras mínimas, con mingitorios para poder hacer un pis disfrazado de Primo de Rivera o de `Muntilla'». Tan gracioso que no puede disimular la picazón.