Gasteiz celebró ayer como cada año el «Día de Olarizu», con el tradicional recorrido por los mojones que delimitan el término municipal de la capital, y la posterior alubiada popular.

Además, la marcha que realiza el Consistorio gasteiztarra coincide casualmente con la romería que tiene lugar desde el siglo XIX en las campas de Olarizu, con la que se anuncia el final del verano.

A las nueve de la mañana se le dió comienzo a la andadura, que estuvo amenizada en todo momento por un grupo de txistularis a lo largo de los casi diez kilómetros de recorrido.

La edición de ayer se centró especialmente en el noreste del término municipal, concretamente cerca de las localidades de Arzubiaga, Ullibarri-Arrazua y Lubiano, donde en total se comprobaron 51 mojones.

A las 13.00, las campas se vistieron de fiesta desde donde se lanzaron cohetes, hubo volteo de campanadas y el ángelus desde los pueblos de Gasteizmendi, y se dio comienzo a la esperada alubiada por muchos gasteiztarras.

Tras la siesta, más fiesta

A las 17.00 de la tarde se reanudaba de nuevo la fiesta con gigantes y cabezudos para los más pequeños, quienes precisamente después pudieron disfrutar de la obra teatral «3G» de la mano de Fadunito.

Gaiteros y trikitixas mientras tanto se ocuparon de amenizar el ambiente festivo, y los bailables del grupo Drindots y la cucaña popular de entretener al gran público.

Los aficionados a las herri kirolak tambien tuvieron su espacio, y fueron muchos los que se acercaron para ver el campeonato de Araba de aizkolaris por parejas.

Después de todas las actividades que se llevaron a cabo a lo largo de la esperada jornada, a las 20.00 llegaba la hora de recoger todo y emprender el camino de regreso a la ciudad.

Una vez en la urbe, la traca y el toro de fuego marcaron el fin del festejo.