«Libertad es una palabra enorme...», así comienza Mario Benedetti uno de sus cuentos.

Año 1970. Dictadura de Uruguay. Una niñita visita a su padre en la cárcel. Lleva un dibujo, un árbol con pájaros posados en las ramas, el carcelero le prohíbe pasar el dibujo porque los pájaros están prohibidos. En la visita siguiente la niñita lleva el mismo dibujo, pero esta vez, en vez de pájaros, dibuja los ojos de los pájaros prohibidos.

Año 2009. Euskal Herria. Manifestación por los derechos de presas y presos políticos. Prohíben los lemas y las fotos. La gente responde con aplausos e irrintzis. Son los ojos y las voces de los pájaros a los que no dejaron hablar, pero no por ello dejaron de volar.

Año 1600. A aquellos que no se doblegaban al sistema se les tachaba de brujos y brujas y sobre ellos caía el peso del fuego.

Año 2009. Cueva de Mairuelegorreta. Acto festivo-reivindicativo a favor del euskera. Prohíben pancartas y llevar fotos, pero ello no impide que se recuerde a los que no están presentes mediante gritos de euskal presoak etxera!

Se persigue y se criminaliza las ideas disidentes y el simple hecho de ser familiar, amiga o compañero de presa o preso político es señal de apología al terrorismo. Y los hay que todavía hablan de libertad y democracia. ¿Dónde?

«Yo estoy orgullosa, no casi orgullosa de mi papá porque tuvo muchísimas ideas tantas y tantísimas que lo metieron preso por ellas». (Mario Benedetti).