Idoia Loroño es una bilbaina con TDAH, es decir, trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Es, además, madre de un joven con su misma enfermedad. Su compromiso con este problema que padece el 5% de los menores vascos es total, por ello preside la asociación vizcaina que da apoyo a las familias y afectados por una patología sobre la que la sociedad cada vez está más concienciada. «De los veinte años que llevo trabajando en la especialidad, en los últimos cinco se ha constatado un aumento de la sensibilización de la sociedad ante un problema tan prevalente», constata Ester Zuazo, pediatra del Hospital de Zumarraga.

Bilbo, Donostia y Gasteiz fueron ayer escenario de la fiesta de presentación de la nueva Federación de Déficit de Atención e Hiperactividad de Euskadi, coincidiendo con el día dedicado a este diagnóstico, que en la CAV podrían padecer alrededor de 107.000 personas.

Las cifras hablan por sí solas, pero también el dato que constata que sólo un 1,5% de los casos existentes están correctamente diagnosticados. Esa falta de correcta detección lleva a que muchos afectados deriven en un fracaso escolar o dificultades de aprendizaje, así como en actitudes violentas hacia hermanos o conflictos intrafamiliares.

El tratamiento mejora en el 80% de los casos la vida de esos menores y sus relaciones con la familia y su grupo social. Pero estamos ante una patología que tiene una base biológica y genética, lo que conlleva que el 60% de los pacientes pediátricos continúan mostrando síntomas en la edad adulta.

Problemas escolares

Idoia Loroño sabe bien de lo que habla. «En mi caso, la parte educativa fue tremenda, ya que encima mi hijo es un chico bastante inteligente. Te preguntas: ¿qué va a ser de él en el futuro si no saca adelante los estudios? Se trata de un problema que hay que asumir para poder hacerle frente, ya que, bien tratado, se puede controlar y llevar una vida perfectamente normal».

Desde la asociación que preside se trabaja de manera continua con los centros escolares, ya que es muchas veces el profesorado el que puede percibir de una manera más clara el problema y el que debe tratar con los niños y niñas con TDAH, además de su propia familia.

«Los centros escolares ponen mucho de su parte, pero todavía es necesario un mayor trabajo de concienciación de los profesores, para que conozcan el problema y puedan hacer pequeños cambios en su relación con los niños con TDAH», afirma.

Esta actitud diferente del profesorado se puede concretar «en pequeños detalles, como conocer los síntomas de los pequeños con TDAH, encauzar esa hiperactividad o hacer un poco más de esfuerzo de motivación a estos niños, cosa que agradecen mucho». Loroño recalca que «el tratamiento multimodal es algo muy importante, la familia y el ámbito educativo deben trabajar conjuntamente».

La pediatra Ester Zuazo opina, no obstante, que «a muchos de los padres lo que más les preocupa en un primer momento es el fracaso escolar. Sin embargo, la problemática familiar o social del menor es de una gran importancia. Otros, ni siquiera quieren reconocer el problema». Ayer, sin embargo, ellos fueron los protagonistas.