IBILIZ IBILI Antxon Iturriza
De Tertanga a Artomaña Al encuentro del nacedero del Nervión
Caminar siguiendo el borde de la sierra de Garobel o Salbada es siempre un espectáculo paisajístico. Si en ese recorrido encontramos rincones singulares en nuestra geografía como el Pico del Fraile o el nacedero del Nervión tendremos ante nosotros una propuesta montañera de interés excepcional.
Para unir estos dos hitos vamos a trazar una travesía entre los pueblos de Tertanga y Artomaña. Para ello será interesante contar con el concurso de dos coches si queremos evitar el recorrer al final los 6 kilómetros que separan por carretera estos dos pueblos.
Partimos del pueblecito alavés de Tertanga, cercano a Urduña y emplazado bajo los mismos contrafuertes de la sierra de Garobel.
Junto a la iglesia aparcamos el coche para tomar una pista que asciende hacia la parte alta del pueblo. A la altura de la última casa giramos a la izquierda siguiendo un camino carretil durante 5 minutos hasta llegar a una bifurcación. Tomamos la pista ascendente a la derecha hasta llegar poco después, cruzando unas campas, hasta otro cruce. Allí tomaremos hacia la derecha buscando la referencia de una pequeña edificación que vemos poco más adelante. Más arriba confluimos con una pista más ancha que, virando hacia la izquierda, nos lleva hasta la citada edificación. Continuamos hacia arriba unos metros hasta alcanzar una nueva bifurcación. Aquí deberemos de tomar una senda ascendente que poco a poco irá difuminándose. Deberemos seguir buscando las sendas que ganan altura hasta dejar finalmente atrás la zona arbolada. Todavía tendremos que seguir ascendiendo por la pendiente herbosa hasta cruzarnos con algunos de los senderos que discurren entre el circo de Tertanga y Orduña. Es importante enlazar correctamente con estas trochas, porque serán ellas las que los llevarán a salvar sin problemas los contrafuertes del circo.
Desde cierta distancia se puede distinguir el paso en la roca que marca la correcta entrada al vallecito sobre el que se asienta el Pico del Fraile (40 min).
Encontrado este paso la ruta no ofrece duda y asciende de forma rotunda y atractiva bajo las laderas del Fraile hasta alcanzar por un marcado zigzag el collado de la sierra (825 m.) (1,10 h).
A partir de aquí el itinerario será un permanente festoneo siguiendo el perfil de la sierra.
Nos acercaremos a sus bordes para evitar pisar la pista polvorienta que lleva el mismo rumbo que nosotros. Pasaremos así por la amplia cima de Angoño (940 m.), antes de iniciar el descenso hacia el puerto de Urduña. Para llegar a él trazaremos una curva acercándonos al bosque para evitar los últimos virajes de la carretera (865 m.) (2,40 h).
Hacia el nacedero
Cruzamos el asfalto y por un sendero balizado abordamos la segunda parte del itinerario. Dominando siempre unas espectaculares panorámicas, el camino avanza por el canto de la sierra hasta llegar hasta la cima de Arando (935 m.), lugar denominado Esquina Rubén, en el que existe un mirador (3,20 h).
El precioso sendero continúa en el mismo rumbo cruzando algunas zonas de pino, hasta llegar al emblemático nacedero del Nervión. Otro mirador ofrece una perspectiva espectacular sobre este rincón único de la geografía vasca. Es muy poco frecuente encontrar la enorme cascada de agua que suele precipitarse desde aquí hasta el circo de Delika con caudal de agua. Hay que tener la suerte de coincidir con abundantes lluvias recientes o en un momento de fuerte deshielo (4,15 h).
Deberemos ahora salvar el cauce del río penetrando unos metros en el interior buscando las sendas que faciliten el paso. Ya en el otro lado, retomaremos el perfil de la sierra, esta vez con perspectivas magníficas sobre los contrafuertes del nacedero. Buscando los mejores miradores, pasamos por la altura de Espila (727 m.), ya avistando el pequeño pueblo de Untzaga.
No es preciso que lleguemos hasta él: dejamos atrás un portillo que desciende a Delika y por un camino carretil bordeamos el pueblo hasta llegar al portillo de la Salve (660 m.) (5,10 h).
Desde este collado iniciamos el descenso por un ancho camino que intentaremos mantener en la lógica de su trazado antiguo, aunque en ocasiones se presenta algo confuso. Llegaremos así a una zona de praderas, poco antes de cruzar bajo el puente del ferrocarril, ya en las puertas de Artomaña (315 m.) (6,40 h).