La OTAN sufrió ayer la mayor pérdida militar desde hace un año en Afganistán con la muerte el sábado de ocho soldados estadounidenses en combates en el este del país, fronteriza con las zonas tribales paquistaníes y donde se encuentran miembros de la red Al-Qaeda y de la insurgencia talibán. Según la ISAF, los talibán lanzaron el sábado por la mañana ataques contra las fuerzas extranjeras desde una mezquita y una aldea de Nuristán. «Los combates continúan y se han enviado refuerzos», afirmó ayer Mohammad Farooq, vicecomandante de la Policía de esa provincia.