Iñaki LEKUONA | Periodista
Otra de policías
Lo juro que me dan pena. El otro día andaban quejándose del gendarme aquel que se paseó por la comisaría de Baiona con el niqui «Fuck la police»; una ofensa inadmisible para el cuerpo, y, ahora, descubren con indignación que esto del «terrorismo independentista vasco» puede poner en peligro su integridad física. Tiene que resultar curioso ver a los policías detrás de la banderola, sujetándola, en lugar de tenerlos enfrente, armas en ristre. Ocurrió el viernes, en Donibane Lohizune. Una treintena de agentes -como siempre seguramente muchos menos según el recuento de la Policía-, se manifestaron frente a la comisaría para denunciar que el último atentado contra una agencia bancaria en Ziburu, por cierto sin reivindicar, era en realidad una trampa con las fuerzas del orden como objetivo. Ellos sabrán, que son los especialistas, pero una botella de gasolina, que al parecer ése era el explosivo utilizado, difícilmente puede hacer más de lo que consiguió: requemar la chapa de la puerta de entrada del banco.
De verdad, me dan pena estos tipos. Congregados frente a la comisaría, alarmados por su seguridad, ¿qué es lo que reclamaban? «Una prima de peligrosidad de 140 euros para cada uno del millar de agentes que operan en el Departamento». Era eso. Un aumento de sueldo. Y es que da para mucho este nuestro conflicto vasco, lo cual es una alegría en tiempos de crisis. Tras las últimas noticias, que por cierto parecen viejas, habrá que preguntarse si ahora, como en la crisis de los ochenta en la que era muy larga la mano de los fondos reservados, este conflicto sigue dando para pagar a los que, como entonces, dejan hacer y miran para otro lado. Pena.