Empate en Valladolid
La fortuna se pone caprichosa
El Athletic rescata un punto en un encuentro que se le puso muy cuesta arriba. Susaeta marcó primero, pero la lesión de Llorente y la expulsión de Ustaritz facilitaron la remontada del Valladolid. La suerte cambió de bando y, con nueve en contra, el Athletic empató.
Amaia U. LASAGABASTER |
El Athletic rompió su mala racha sumando un punto en un partido loco. El primer empate de la temporada supo a gloria, teniendo en cuenta lo complicadas que llegaron a ponerse las cosas para los rojiblancos. Claro que antes habían estado a favor y luego volvieron a estarlo. Y es que la fortuna estuvo de lo más caprichosa en el Nuevo Zorrilla, repartiendo favores y disgustos a dos manos.
Quizá porque le veía cabizbajo, con tanto mal trago acumulado, decidió sonreir primero al Athletic. El intermediario fue Markel Susaeta -una de las tres novedades en el once rojiblanco, junto a Ustaritz y Koikili-, que abrió la lata con algunos aficionados todavía tomando posiciones en la grada. El eibarrés se encontró un balón en la frontal y empalmó una dura volea, colocando a los suyos por delante.
El panorama era más que esperanzador, sobre todo teniendo en cuenta la necesidad de un rival que lleva siete meses sin ganar en su campo y sobre el que la presión empieza a cernirse de manera considerable.
Pero en sólo un minuto el viento cambió de dirección y las ilusiones rojiblancas empezaron a derrumbarse como la casita de papel del cuento. Primero llegó el susto, morrocotudo, con el fuerte golpe en la cabeza de Fernando Llorente, que abandonó el terreno de juego en camilla. Después empezó a renquear Fran Yeste y, antes de llevarlos a cabo, Joaquín Caparrós tuvo que cambiar de planes. Con David López preparado en banda para sustituir al basauritarra, Ustaritz intentó compensar un despiste con un agarrón. Roja directa, David López de vuelta al banquillo, Etxeita al césped y el equipo cayendo sin complejos en una tentación comprensible: Toquero y Joseba Etxeberria estaban en el campo, pero a partir de ese momento pareció que el Athletic jugaba sin delanteros.
No es difícil imaginarse las consecuencias. El Valladolid, que hasta entonces se había contentado con algún sustillo, grabó su nombre en el balón. El Athletic, muy atrás, se resignó a aguantar el chaparrón de la única manera posible: mirando un reloj al que le quedaba mucha cuerda y sufriendo ante el empuje del rival.
Que fue constante, como demuestra la decena de corners que botaron los pucelanos en media hora, aunque no se tradujo en excesivas ocasiones. La más clara llegaba al borde del descanso, con un balón al segundo palo, que Iraola no despejó por poco y Jonathan Sesma no remató por menos aún.
Sin un respiro
El Athletic pareció saltar al césped algo más animoso en la segunda parte, pero José Luis Mendilibar respondió metiendo más madera, con la entrada de Manucho en el campo y el tópico del cántaro no se hizo esperar. Fue precisamente el angoleño el que cedió desde banda derecha, para que Sisi tocase antes de que Diego Costa anotase el gol del empate.
Con sólo 16 años y apenas diez partidos con el primer equipo, Iker Muniain saltó al campo con el cartel de «solucionamarrones» colgado, pero no pudo evitar que el partido se torciera definitivamente. O eso parecía cuando, a un cuarto de hora del final, Nivaldo cabecebeaba una falta al fondo de las redes.
Fue entonces cuando el partido se volvió realmente loco. Como le sucediera a su rival, la alegría blanquivioleta se vio sucedida por un disgusto de inmediato. Por dos, en realidad, porque la falta que suponía la segunda amarilla de Marcos, se convertía también en el balón que Muniain -con otro récord de precocidad incluído- transformaba en el empate a dos.
Para desesperación de los apostadores, el partido se abrió a cualquier posibilidad, con un sobresalto detrás de otro y en ambas direcciónes: el remate de Sisi, que despejaron entre Iraizoz y Gurpegi; la segunda amarilla de Nivaldo, que dejó a su equipo con nueve, el chutazo de Javi Martínez, que se marchó fuera por poco; el disparo de Jonathan Sesma, al que tampoco le faltó demasiado; el paradón de Iraizoz a remate de Diego Costa; el pie de Jacobo despejando un balón de Muniain... En definitiva, un cuarto de hora de una intensidad extenuante, aunque el marcador no se dio por enterado esta vez. Algo de lo que no se quejó en exceso ninguno de los dos rivales, viendo los altibajos que había sufrido el encuentro.
El de Valladolid fue un partido tan loco que a los propios protagonistas les costaba valorar el resultado final, aunque Joaquín Caparrós destacaba la importancia del punto «porque en una Liga tan pareja es bueno cortar una inercia de derrotas».
«Un partido da para tanto desde el minuto uno hasta el noventa -reconocía el entrenador rojiblanco-. ¡Hay que ver todo lo que ha sucedido! Se nos ha puesto el partido fenomenal, con el equipo muy metido y haciendo daño, y ha venido el percance de Fernando, que nos ha hecho retocar esa idea aunque podíamos seguir haciendo daño. La expulsión de Usta nos ha roto, ha sido un palo. Dentro de lo que cabe, hemos defendido bien, pero nos han acabado haciendo dos goles. Y luego hemos tenido esa capacidad de reacción y la fortuna de esa jugada y casi hemos podido ganar», resumió el técnico que, con tanto sobresalto, quería destacar el esfuerzo realizado por su equipo en un choque tan complicado. «Sobre todo estoy contento por la entrega de mis jugadores», subrayó Caparrós, que también recurrió a uno de sus elogios preferidos: «este equipo tiene alma».
El que se llevó tantos elogios como volantazos se vivieron en el partido fue Iker Muniain. Empezando por su técnico, que volvía a lamentar que vaya a ser convocado para la disputa del Mundial sub17.
Joseba Etxeberria, quizá porque se vio en las mismas, restaba trascendencia a esta circunstancia, pero no se cansaba de alabar a su compañero, con mensaje a la directiva incluido. «Estamos hablando de un jugador de primerísimo nivel. Tenemos que cuidarlo mucho para que siga creciendo y que los dirigentes anden finos para que no se lo lleven».
En lo que respecta al choque, el capitán creía que «con lo que ha sucedido al final, igual queda cierta sensación de que podía haber sido mejor, pero analizando todo el partido, creo que el empate es justo». GARA
Fernando Llorente protagonizó el susto de la tarde en Valladolid. A los once minutos de partido, el delantero y Nivaldo intentaron cabecear el balón, pero el defensa vallisoletano acertó de pleno en la cabeza de su rival.
Ambos cayeron al suelo, aunque fue Llorente el que se llevó la peor parte. Los jugadores de ambos equipos, de hecho, pidieron de inmediato la entrada de las asistencias, que atendieron sobre el césped al jugador, inconsciente e inmóvil durante los primeros instantes. Aunque para cuando fue retirado en camilla ya había recuperado la consciencia, fue evacuado al Hospital Río Ortega, donde permanecerá hasta hoy.
Afortunadamente, ya las primeras valoraciones resultaron tranquilizadoras. Joxean Lekue explicó que se le había practicado un scanner «y todo está normal», así como que el jugador se encontraba consciente, aunque «con dolor de cabeza», y que recordaba lo sucedido. El médico rojiblanco, asimismo, restó trascendencia al hecho de que, en un primer momento, se hubiese colocado al jugador una cánula y un collarín, algo habitual en este tipo de situaciones. «Respiraba con alguna dificultad y le hemos colocado el Tubo de Guedel, pero ha recuperado el ritmo respiratorio y la consciencia bastante rápido en el campo». «En los traumatismos craneoencefálicos siempre es recomendable inmovilizar la zona -añadió- y de ahí el collarín».
Una vez realizadas las pruebas pertinentes, a Llorente se le diagnosticó un fuerte golpe en la zona temporo-occipital y un hematoma en la oreja izquierda.
Por su parte, Fran Yeste, que se retiró del campo poco después, sufre una sobrecarga en el sóleo izquierdo, según las primeras valoraciones. A.U.L.
Markak hausten ari da, etengabe, Iker Muniain uztailean Athleticekin estreinatu zenetik. Oraingoan ez dagokio talde zuri-gorriari, Ligari baizik, Zorrillan sartu zuen golari esker Lehen Mailaren historiako goleatzaile gazteena baita, 16 urte eta 289 egunekin. Aurreko errekorra Xisco Nadalena (Vila-real) zen, 16 urte eta 353 egunekin sartutako golari esker.
Bederatzi puntutatik zazpi atera ditu Athleticek bere entrenatzaile eta jokalari ohien aurka. Cuco Zigandaren Xerez eta Ernesto Valverderen Vila-real gainditu ondoren, zuri-gorriek porrotari ihes egin zioten atzo Jose Luis Mendilibarren Valladoliden aurka.
Bere taldekideek arnasalditxo bat hartzen duten bitartean, lana izango du Andoni Iraolak. Espainiako selekzioarekin arituko da bihartik aurrera, bi partida jokatzeko.