El hambre y las enfermedades representan ahora el peligro en Sumatra
GARA
El hambre y las enfermedades están afectando ya a miles de supervivientes del seísmo de 7,6 grados en la escala de Richter que devastó la semana pasada la isla indonesia de Sumatra, según informó ayer la Organización de las Naciones Unidas.
El Programa Mundial de Alimentos (PMA) precisó que ayer comenzó la distribución de 50 toneladas de comida en la región de Pariaman, el área más dañada.
«Hemos realizado un primer envío de 1,8 toneladas de galletas a las áreas rurales de Pariaman, después de pasar los tres últimos días realizando una evaluación urgente de las necesidades de la región», explicó Handoko, responsable de logística del PMA en Padang.
Además, esta agencia de la ONU anunció la llegada en el día de ayer al aeropuerto de Padang de otras 42 toneladas de galletas -uno de los únicos alimentos que no precisa ninguna preparación- procedentes de Yakarta.
El hambre afecta en mayor escala a las zonas más remotas y montañosas, que continúan aisladas y que, además, han empezado a registrar enfermedades como fiebre, diarreas, problemas respiratorios e irritaciones cutáneas, según alertaron varias ONG.
Abandonados
Por otro lado, los más de 200.000 vecinos del barrio chino de Padang denunciaron que son tratados como ciudadanos de segunda y que apenas han recibido ayuda oficial.
Los habitantes del barrio Ponkok, el que más ha sufrido los efectos del seísmo, continúan sin agua ni luz y censuran que ningún funcionario se ha acercado a interesarse por las víctimas, evaluar los daños o repartir alimentos.
La situación es extrema. Uun médico que se trasladó al lugar para abrir una consulta resaltó que ésta sigue funcionando gracias a los donativos de diversas comunidades chinas, pero que no recibe nada por parte del Gobierno regional.