Los inversores se lanzaron a las compras desde el primer momento después de los avances del lunes en Nueva York y a la espera de las cuentas empresariales del tercer trimestre. Fue un día de frenesí alcista, en el que sólo hubo ojos para las buenas noticias. Las subidas de tipos de interés en Australia, fueron interpretadas en clave positiva como un síntoma sólido de recuperación. Además, la confianza sigue creciendo en el ámbito empresarial, aunque se mirarón con lupa las facturaciones antes que el propio beneficio, ya que éste se debe todavía en buena parte a la reducción de costes y a despidos masivos. Por lo demás, el peso de la prueba estaba ayer en contra de las aspiraciones alcistas, sobre todo después de las llamadas de atención lanzadas contra esta nueva «exhuberancia irracional» por gurús mundiales como Stiglitz, Roubini o Soros, que estiman como muy prematura la euforia bursátil debido a los graves peligros que acechan aún a la economía y a su tímida regeneración. El Ibex terminó en los 11.817,10 puntos, tras apuntarse un 2,25%. Las ganancias del resto de plazas europeas también fueron espléndidas. Fráncfort subió un 2,70%, París, un 2,59%, y Londres, un 2,26%. Los dos primeros puestos del Ibex fueron para Mapfre (+6,44%) y OHL (+5,96%). De los pesos pesados, destacaron Santander (+3,91%) y BBVA (+3,15%). Sólo BME acabó en rojo. En el CAC 40, los bancos también marcaron el paso. Crédit Agricole mejoró un 7,83%, BNP-Paribas, un 5,61%, Dexia, un 4,71%, y Société Générale, un 2,85%. Esta última entidad hará una ampliación de capital por valor de 4.800 millones de euros.