Obama se reúne con el Congreso para tomar una decisión sobre Afganistán
El presidente de EEUU sigue realizando consultas para poder tomar una decisión sobre la estrategia en Afganistán. Barack Obama debe optar entre un envío masivo de tropas, como reclama el general McChrystal, y operaciones limitadas como prefiere Joe Biden.
GARA
El presidente de EEUU, Barack Obama, se reunió ayer con los responsables del Congreso, cada vez más inquietos ante la necesidad de decidir lo antes posible entre las diferentes opciones que examina para Afganistán.
Ante la alarmante degradación de la situación en Afganistán, Obama debe tomar una de las decisiones más importantes de su Presidencia. Los riesgos a los que se enfrenta son considerables.
Acceder a la demanda de enviar más refuerzos realizada por el comandante sobre el terreno, el general Stanley McChrystal, supone comenzar una peligrosa escalada mientras las comparaciones con el precedente vietnamita y la derrota soviética en Afganistán comienzan a aflorar.
Tanto si la rechaza como si la asume, deberá asumir las consecuencias de un eventual fracaso.
Obama, que se encuentra inmerso en un intenso proceso de consultas, no ha dado ninguna muestra de cuál es su preferencia. Puede decantarse por un plan de lucha contra los talibán y Al-Qaeda tal y como preconiza el general McChrystal, para lo que serían necesarios hasta 40.000 soldados más. También puede optar por la línea del vicepresidente Joe Biden, que se concentra en golpear a Al-Qaeda mediante ataques aéreos y operaciones de las fuerzas especiales en Afganistán y el vecino Pakistán. O puede decidirse por una solución de compromiso que combine las dos propuestas.
El portavoz de Obama, Robert Gibbs, destacó que no está al corriente de la decisión que pueda adoptar el presidente. «La decisión se deberá adoptar en varias semanas», dijo.
Sin dudas sobre la presencia
Una de las pocas cosas que han quedado claras es que, en ningún caso, «estamos pensando en abandonar Afganistán», subrayó el secretario de Defensa, Robert Gates.
«Nuestra determinación de permanecer en Afganistán y de continuar estableciendo lazos de confianza con los paquistaníes no debería dar lugar a ninguna clase de incertidumbre», dijo Gates a la CNN.
Sus palabras parecían querer apaciguar la inquietud surgida en Pakistán, pero también descartar la percepción de que las preferencias de Biden pudieran significar el comienzo de la retirada estadounidense de Afganistán.
Las recientes palabras del general McChrystal han sido mayoritariamente interpretadas como una respuesta a las intenciones de Biden. «Una reducción del despliegue revelaría una estrategia a corto plazo», dijo el general.
La presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, recordó que la oposición a la presencia estadounidense en Afganistán va en aumento.
El enviado especial de la UE para Pakistán y Afganistán, Ettore Francesco Sequi, alertó del avance de los talibán ante la debilidad del Estado afgano en ámbitos como la seguridad, la justicia y el empleo.
El atentado que mató el lunes a cinco empleados de la ONU en pleno corazón de Islamabad ha mostrado que los talibán paquistaníes continúan siendo una amenaza, según estiman los analistas, pese a los golpes que les han dado el Ejército local y los misiles estadounidenses.
El Movimiento de los Talibán Paquistaníes (TTP) reivindicó ayer el atentado cometido por un kamikaze que logró introducirse en las oficinas ultraprotegidas del Programa Mundial de Alimentos (PAM).
Desde julio de 2007, cerca de 2.150 personas han muerto en atentado en Pakistán. La mayor parte de los ataques han sido atribuidos al TTP, que tiene vínculos con la red Al-Qaeda.
Los atentados, frecuentemente suicidas, continúan registrándose a pesar de las múltiples ofensivas lanzadas por el Ejército paquistaní en las zonas tribales fronterizas con Afganistán.
«Los combatientes islamistas que hacen frente a las operaciones militares en las zonas tribales del noroeste van a responder atacando nuestros puntos débiles», estima el politólogo A.H. Nayyar, experto en cuestiones de seguridad. GARA
El mando militar estadounidense confirmó ayer la muerte de al menos cien insurgentes islamistas hace tres días en el este afgano que acabó con la vida de ocho soldados de EEUU y dos afganos.
