Un muerto en las protestas contra el FMI y el Banco Mundial en Estambul
La asamblea anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se inició ayer en Estambul en medio de protestas contra la política de estas instituciones, en las que murió un manifestante por un ataque cardíaco durante una intervención de la Policía que, además, detuvo a un centenar de personas. En la reunión, los dirigentes de ambos organismos quisieron reforzar su legitimidad con el aumento del porcentaje de voto de los países emergentes.
GARA
Una persona murió y un centenar fue detenido en las protestas contra la celebración en Estambul de las asambleas anuales del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM). La cadena de televisión Habertürk informó de que el fallecido, identificado como Ishak Kalvo, sufrió un ataque cardíaco cuando la policía penetró en la avenida peatonal Istiklal, en el centro de Estambul, y arrojó gases lacrimógenos. Una ambulancia recogió a este hombre de 55 años, pero debido al cierre de las calles no llegó al hospital y el hombre falleció poco después.
Desde las 10.00, representantes de sindicatos y partidos de izquierdas se congregaron en diversos puntos del distrito de Beyoglu y unas mil personas caminaron hasta la plaza de Taksim, desde donde pretendían acceder hasta el lugar donde se celebran las reuniones del FMI y el BM. En la plaza corearon eslóganes como «FMI fuera de Turquía» y desplegaron pancartas con los lemas «Haz que el capitalismo pase a la historia» y «El Banco Mundial es un criminal medioambiental». Hacia las 11:30, la Policía intentó disolver la manifestación con tanquetas de agua a presión y bombas de gas lacrimógeno. Entonces comenzaron las persecuciones por las calles del centro y algunos manifestantes lanzaron cócteles molotov a los policías y apedrearon algunos escaparates.
También se produjeron protestas dentro del recinto donde, en medio de fuertes medidas de seguridad, se reúnen el FMI y el BM. «Debemos escuchar también a quienes protestan», dijo el primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, en la asamblea, mientras la Policía atacaba a los manifestantes.
Imagen de cambio
El Banco Mundial quiso dar una imagen de cambio en los organismos multilaterales al afirmar que está listo para reconocer la realidad económica del siglo XXI en la que el peso de los países emergentes es cada vez mayor. «Entender las cambiantes relaciones de poder es fundamental», dijo su presidente, Robert Zoellick. «Si los países en desarrollo son parte de la solución deben de ser también parte de la conversación», concluyó, según el discurso acordado en la última cumbre del G20, donde se decidió aumentar en un 3% el peso de los emergentes en el BM. También el director del FMI, Dominique Strauss-Khan, instó a los países miembros a que apoyen el traspaso del 5% del voto de los países ricos sobre-representados a los estados en desarrollo infra-representados para enero de 2011. Aunque el Fondo quiere reforzar así su legitimidad, el año pasado ya se acordó una cesión del 2,7%, pero no ha entrado en vigor porque sólo la han ratificado 36 de los 111 países necesarios.
Los discursos en la primera jornada de la asamblea anual del FMI y del BM se centraron en reforzar la legitimidad de estos organismos con el aumento del porcentaje de voto a los países emergentes decidido en la última cumbre del G-20.
La apuesta por un dólar fuerte de las autoridades estadounidenses es pura retórica, según el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, quien pronostica que «lo más probable» es que el billete verde siga de capa caída porque un dólar fuerte perjudicaría al sector exportador estadounidense «que ya ha sufrido un montón». «Los políticos no deciden los tipos de cambio y los discursos tampoco lo hacen», dijo Stiglitz, quien participó en varios actos paralelos a la asamblea conjunta del FMI y el Banco Mundial. Las fluctuaciones de los tipos de cambio han centrado parte de los debates, donde parece haber consenso en que la volatilidad cambiaria es perjudicial para la incipiente mejoría en la economía global. GARA