La crisis amenaza la salud laboral
El fuerte incremento del paro y el progresivo deterioro de las condiciones laborales se configuran como los principales impactos que ha tenido que afrontar la clase trabajadora como consecuencia inmediata de la crisis económica. Pero no son los únicos. A medida que el miedo a perder el empleo ha ido permeabilizando las capas más expuestas de la sociedad, se han puesto en situación de riesgo sistemas de protección que han costado décadas poner en pie y cuya importancia ha perdido peso a los ojos de las empresas y, en ocasiones, también entre los propios trabajadores. Es el caso de la salud laboral y la seguridad en el trabajo.
Un sondeo de opinión realizado por la Agencia Europea para la Seguridad y la Salud en el Trabajo constata que 6 de cada 10 europeos prevé que la crisis deteriorará las condiciones en este terreno. Y no sólo eso, se aprecia una creciente tendencia de los trabajadores a preocuparse más por la seguridad de su puesto de trabajo en el futuro inmediato y el nivel salarial que por la seguridad y la salud de sus condiciones de trabajo. Terreno abonado para que ciertas empresas, acuciadas o no por la crisis, pretendan aprovechar la tesitura para recortar las inversiones destinadas a proteger a sus empleados.
Sin embargo, la defensa de la salud y la seguridad en el trabajo debe entenderse como un objetivo permanente y, por supuesto, al margen de las coyunturas económicas puntuales. Como pone de manifiesto el director de la citada Agencia Europea, Jukka Takala, «no tiene sentido economizar a corto plazo cuando el precio no es sino incrementar los problemas a largo plazo». Pero hay más. La defensa de este esencial apartado de los derechos de los trabajadores está regulada por ley y, por encima de las espúreas pretensiones de parte de la clase empresarial, a las instituciones toca velar por su escrupuloso cumplimiento. Actualmente, 137 millones de trabajadores de la Unión Europea se consideran expuestos a riesgos en su puesto de trabajo. Reducir esa cifra, día a día, es una prioridad y una obligación. Moral y legal.