ELA reunió ayer en el pabellón de La Casilla a más de 4.500 delegados coincidiendo con la conmemoración por parte de la internacional CSI de la jornada «Por el Trabajo Decente». Los dirigentes de la central sindical llamaron a sus delegados y militantes a trabajar para frenar los intentos de los gobiernos, la patronal y «sus sindicatos afines» de «precarizar y flexibilizar más las condiciones de trabajo y los salarios».

Joseba Villarreal, secretario de Negociación Colectiva, recordó, al contrario de lo que los dirigentes de la patronal señalan, que «nunca hemos estado en el mismo barco que la patronal» y adelantó que «la patronal ya está en el día después de la crisis para reducir las condiciones laborales y salariales, quiere trabajadores sin derechos y nos somete a un chantaje que no aceptamos».

Villarreal aseguró que ELA va a pedir subidas salariales por encima del IPC, pero «con garantías», a la vez que dijo que en este momento en el que el desempleo está aumentando, es necesario retomar «la reducción de la jornada para que trabajando menos podamos trabajar más, y se cree empleo».

En este sentido, la secretaria general adjunta, Amaia Muñoa, criticó a los sindicatos que participan en el diálogo social, porque «han renunciado a cambiar la situación. Se excluyen todos los temas importantes que repercuten en la distribución de la riqueza, asumiendo que todas estas decisiones tienen siempre el mismo beneficiario: la patronal».

Mikel Noval, secretario de Política Social, recordó que que Hego Euskal Herria se encuentra a la cola de Europa en presión fiscal y gasto social. En la Casilla, defendió una reforma fiscal en el sentido opuesto a lo que se está haciendo: «aumentar los impuestos a las rentas altas y al capital, tanto en el IRPF como en el Impuesto de Sociedades y restablecer el Impuesto de Patrimonio».

El secretario general, Adolfo Muñoz, cerró el acto antes de la manifestación pidiendo a los delegados que recojan 150.000 adhesiones al decálogo que la mayoría social ha presentado, porque será la mejor manera de combatir, según dijo, «esa comunión de intereses entre la patronal, los gobiernos y sus sindicatos para que la clase trabajadora vuelva a perder tras la crisis».